Cuando todo mundo esperaba que Justin Bieber, la, hasta entonces, la más admirada estrella juvenil, se alzara con el Grammy, en la pasada entregad de estos galardones, apareció en escena otra joven intérprete, llamada Esperanza Spalding, y le arrebató el trofeo, correspondiente a la Mejor Nueva Artista. Esperanza toca el contrabajo, un voluminoso instrumento que, a veces, parece superar con creces, a su rizada melena, cuando se inclina y se mueve al compás de los complejos ritmos del jazz. Nacida en Portland, Oregon, tiene 26 años de edad y es toda una profesional de la música. Es compositora con formación clásica, vocalista políglota, multiinstrumentista y estrella del jazz. Cuenta con dos álbumes y, entre sus admiradores están Stevie Wonder, Stanley Clarke y el presidente Obama, quien la invitó a tocar en la ceremonia que se le ofreció en la Casa Blanca con motivo de haber recibido el Nobel de la Paz, en 2009. “Tal vez parezca que me cuesta trabajo, pero estoy muy relajada”, dijo, en entrevista, cuando recibió el Grammy. Aunque ella lo niega, muchos la consideran un auténtico prodigio de la música.
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