De manera independiente, Moisés Ponce levantó el presupuesto suficiente para rodar “Oscar San Lázaro”, filme que aborda las sectas de jóvenes que promueven la violencia y asesinatos a través de Facebook
¿Qué hacer ante el surgimiento de grupos de jóvenes que convocan a masacres a través de redes sociales? ¿Cómo responder ante tragedias como la que sucedió en el Colegio Americano de Monterrey, en la que un alumno asesinó a su maestra e hirió a tres compañeros?
Moisés Ponce, director, tiene una respuesta: haciendo cine. Con su empresa Guajiro Producciones (con la que lleva 17 años, tres largometrajes y varios cortos) este cineasta mexicano reunió suficiente dinero para realizar “Oscar San Lázaro”, película inspirada en los hechos donde Federico Guevara, de 15 años, disparó una pistola calibre .22 en su salón de clases.
“A partir de esa noticia surgió la idea, el tema de una película que pudiera prevenir a los chavos, pero entendiendo que al mismo tiempo es una cinta ágil, con pinceladas de humor y con un mensaje”, explica Moisés.
Pero ¿cuánto dinero fue “suficiente” para levantar el proyecto? En promedio, un filme en México (del tipo de comedias que ahora están de moda) cuesta entre 30 y 40 millones de pesos. En “Óscar San Lázaro” se gastaron unos 400 mil pesos,», dice Moisés.
Ninguno de esos pesos proviene de entidades gubernamentales. “A los que estamos fuera de Hollywood nos cuesta mucho trabajo hacer cine. Pero si además esperamos a los estímulos fiscales del gobierno, entonces no haríamos nada”.
Así que con justicia ostenta la etiqueta de película independiente en la que, además, se da oportunidad a un elenco fresco, novedoso. “No son los típicos personajes guapos o lindos o ‘taquilleros’, pero tienen identidad”, dice Moisés.
Por el tema que trata, no podía ser de otra manera ya que está inspirada en la tragedia que sacaría a la luz a la llamada Legión Hulk, una secta que utiliza Facebook para esparcir sus mensajes de promoción de la violencia y ponerse de acuerdo en ataques incluso con armas de fuego. Tras el atentado ejecutado por Federico Guevara en su colegio, esta legión se adjudicó lo que sería una especie de autoría intelectual, ya que el joven supuestamente pertenecía a la legión.
Al trasladarla a la ficción, Moisés retomó la anécdota y la ubico en un contexto en el que un grupo de chavos con estas ideas tienen la mala fortuna de encontrarse con uno de los peores policías de México. “Tras el desafortunado encuentro, los chavos se ponen de acuerdo para vengarse de ese policía que se llama precisamente Oscar San Lázaro”.
Moisés consiguió recrear en el ambiente de la película el mismo tono que predominó en el cine negro mexicano de la década de los setenta, la época más afortunada en el cine de género en nuestro país con películas como “El complot mongol” y “Hasta el viento tiene miedo”.
“Nos quisimos alejar de estas comedias que han dominado en los últimos años; aquí es buscar otras alternativas”.
Esta misma intención ecléctica se aplicará en la distribución y exhibición de la película. Al ser una cinta absolutamente independiente, Moisés tiene la capacidad de decidir cómo moverla en los distintos circuitos.
“La estrenaremos en los complejos de Cinemex, Cinépolis, Xtra Cinemas, así como en salas de barrio como el Cine Tonalá. Pero luego haremos un recorrido por delegaciones y universidades, pensando en que podrían ser funciones gratuitas”.
El siguiente paso del filme naturalmente serán las plataformas on line, pero antes Moisés explica cómo funciona su modelo de negocio. “Al ser una inversión tan pequeña, es mucho más fácil alcanzar a recuperarla durante la exhibición en la corrida comercial. Una vez que les devolvemos su dinero a los inversionistas y ya que hemos generado un margen de ganancia, lo que quiero es que más gente vea mi película. Ahí es donde entran los tratos con delegaciones y universidades para exhibirlo de manera gratuita”.
Y por supuesto, lo que genere esta cinta servirá para que Guajiro Producciones siga haciendo cine.
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