Se acaba el tiempo.
Se me acaba el tiempo.
Solía decir a mis alumnos preparatorianos, de Filosofía, en Veracruz: cuando se tienen mil pesos en el bolsillo, pelea uno la cuenta del café. Cuando sólo quedan veinte, se elude el pago.
Lo mismo ocurre con la vida. Cuando se tienen veinte años (mil pesos) venga cuanto sea: el jolgorio, los excesos en el comer y el beber, un frecuente desperdicio de las horas y los días. Ah, pero se acerca el final (veinte pesos). Ahora nos damos cuenta: no se puede eludir el pago de las facturas, en salud, en desencuentros, en desamor.
Así, mi visión de los acontecimientos vividos en el transcurso de este 2008 que termina, está acompañado de un dejo de nostalgia. No habrá mucho más hacia adelante. Mi visión, entonces, es la de quien sabe ha de “morir a tiempo para vivir a tiempo el nuevo tiempo de mi otro tiempo…” Tal dije en un poema, Obituario publicado en estas páginas en el comienzo del 2006 ¿o fue en el 2007?
Entre lo comentado en los meses de enero a diciembre, han aparecido con mayor frecuencia asuntos relacionados con tareas cumplidas en la Cámara de Diputados. LX Legislatura que, por cierto, ha terminado el primer periodo ordinario de sesiones de su último año de gestión. En septiembre del 2009 comenzará su gestión la legislatura siguiente.
Dice Emilio Gamboa Patrón, en el prólogo a Ser Diputado, de Jaime Alcántara, editorial Milestone, obra recientemente presentada en el Palacio Legislativo de San Lázaro, de lectura obligada para quien aspire a ser representante popular: “El diputado actual tiene una función muy destacada, ya no sólo es parte del aparato de la Administración, sino que cada vez tiene más participación en los asuntos de su competencia. También es mayor su importancia en la opinión pública.”
Así, en algún momento hablé de trabajos de la Cámara en pleno. Como en los casos de elección de consejeros del IFE, proceso que, por no haberse cumplido “en tiempo y forma”, desagradó a quienes reclamarían, en el supuesto de una decisión diferente, falta de consensos; y de la reforma petrolera, victoria pírrica del Presidente Calderón, según el inefable Vicente Fox.
Me referí a trabajos, algunos, de las comisiones de Pesca, presidida por Carlos Morales Vázquez; de Seguridad Pública, presidida por Juan Francisco Rivera Bedoya; de Justicia, que preside César Camacho; de Recursos Hidráulicos, la preside Jesús Manuel Patrón Montalvo. Del Comité de Competitividad cuyo presidente es Mariano González Zarur. En ellos se trataron, en forma amplia, consistente, responsable, temas tan sensibles para la nación como: contaminación, crisis alimentaria, seguridad pública, agua, competitividad.
Traté sobre tareas de los centros de estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, CEDRSSA; Sociales y de Opinión Pública, CESOP; de Derecho e Investigaciones Parlamentarias, CEDIP. Todos con nivel de excelencia en su desarrollo, como corresponde a la institución a la cual pertenecen. Vale la pena asistir a los eventos que éstos celebran. Conocer sus trabajos y publicaciones. Los comités que los coordinan están bajo la presidencia de los diputados Alejandro Martínez Hernández, Salvador Barajas Del Toro y Alfredo Ríos Camarena, respectivamente.
Como dije, en coincidencia con el diputado Emilio Gamboa Patrón y Jaime Alcántara, autor del libro arriba mencionado: la tarea legislativa es trascendente para la vida de México y lo mexicanos. Por ello reitero una cordial invitación a acercarse a lo que esto es, acudiendo a la página de Internet de la Cámara: http://www.diputados.gob.mx/
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