México es uno de los peores países para los indígenas, ya que serlo es sinónimo de discriminación y pobreza, pese a ser una nación con un Bicentenario de libertad, cuyo principio nunca se ha aplicado en la realidad. Para muestra es que en la última encuesta de María de las Heras se señala que el 68 por ciento de este grupo social sufre discriminación, porcentaje sólo por debajo de los homosexuales y personas con VIH. Situación que se enlaza con ser el grupo étnico que más pobreza padece en un 75.5 por ciento de su población, calificada por el Coneval como pobres multidimensionales; es decir, con ingresos económicos nulos y sin ningún servicio básico. Los niños indígenas, que suman 5 millones de mexicanos, no tiene un sólo derecho social.
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