Si una microempresa desea competir con éxito en el entorno de negocios actual, debe considerar varios factores estratégicos como son: una propuesta de valor para sus consumidores, la investigación de tendencias y estilos de vida de sus clientes, la implementación de sistemas de gestión adecuados, la diferenciación de sus procesos, productos y servicios, la comunicación empática con el cliente en las redes sociales, la responsabilidad social del negocio, las relaciones y los servicios de atención continuos al cliente, entre muchos otros, los cuales implican una fuerte inversión financiera.
Una alternativa viable, y alcanzable, para las micro y pequeñas empresas (Mipymes) mexicanas es incorporar estrategias de diseño e innovación, en los procesos de identificación de oportunidades de negocio y en la definición, evaluación y comercialización de sus productos y servicios. Así un microempresario o un emprendedor puede mejorar su propuesta de valor ante sus clientes e incrementar su competitividad.
Por ello es esencial el adoptar un modelo de innovación centrado en los usuarios, los empresarios mexicanos pueden optimizar su oferta de productos o servicios y desarrollar mejores estrategias comerciales para competir local y globalmente, contribuyendo al desarrollo social, generando empleos y resolviendo necesidades.
Un ejemplo de una asesoría en este sector, se puede mencionar el caso de Estrategias Digitales, que desarrolla estrategias de innovación, a partir del uso de la netnografía (investigación etnográfica en redes sociales), la investigación cualitativa de usuarios, entornos y tendencias, el análisis del consumo de los medios electrónicos, la búsqueda de una comunicación empática en redes sociales, generando casos de éxito donde la interdisciplina funciona como un elemento clave para incentivar la creatividad y la competitividad.
Las visiones actuales del pensamiento del diseño, el diseño emocional, de servicios, de experiencias, entre muchas otras, están brindado nuevas herramientas a los diseñadores para colaborar con las empresas en la investigación y comprensión de los gustos, deseos, y necesidades reales de sus clientes. El diseño es un motor para la innovación social.
Sin duda hoy el diseño centrado en las personas es una herramienta útil para prospectar los escenarios sociales a partir de los cuales se pueden definir futuros procesos, productos, servicios o sistemas y descubrir cómo se puede generar valor a una cadena productiva, contribuyendo a la transformación del entorno social, desde una visión colaborativa.
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