J. Assange: Derecho a la información

Julian Assange es un hacker, activista, periodista y fundador de la página WikiLeaks que hace cuatro años viene publicando documentos clasificados de la guerra en Iraq y Afganistán de los Estados Unidos. A su crédito ha sabido proteger a sus informantes a través de un complejo sistema  de encripción, que aún no ha podido descifrar el gobierno más poderoso sobre la tierra. Más recientemente saltó del nuevo a la luz pública por una avalancha masiva de documentos que detallan la falta de tacto en la diplomacia norteamericana, incluyendo que sus diplomáticos realizaran tareas de espionaje y recolección de ADN de sus homólogos.

En una entrevista con una radioemisora Texana,  Assange comento que la sociedad «requiere de información para llegar tomar decisiones», y que su trabajo de difusión es clave para democratizar este proceso, ya que si el estado «reprime cierta información que debería surgir en los medios, precisamente porque ésta al salir a luz tendría un efecto reformatorio sobre la sociedad». Al centro del mensaje de Assange está la necesidad de transparencia gubernamental ante los ciudadanos y el desafío de la verdad al desnudo. En una nota publicada por The Australian en línea, comenta que «Los medios ayudan a mantener la honradez de los gobiernos». Al publicar su información gratuitamente y de libre acceso en internet, Assange extiende la definición de sociedad a una comunidad global que tiene el derecho de formar parte informada de las decisiones de los poderosos. Lo simpático de la reacción de los Estados Unidos en hacer uso de su poder unilateral y hegemónico en el mundo para buscar cualquier forma de castigar al periodista Australiano confirma que todos  somos parte de una comunidad global, empero sin derechos de ciudadanía, ni tampoco de libre expresión. La comunidad de hackers que apoya a WikiLeaks y a Assange  no tardó en castigar a las páginas que cedieron ante presión del gobierno de EEUU quitando su página de la web de la misma forma que éstas pretendieron quitar WikiLeaks. La web se perfila como el campo de batalla del futuro entre hackers a servicio de los gobiernos (como en el caso Chino) y los hackers que creen en una democracia sin frontera, basada en un libre acceso a la información.