Para 2020, los millennials serán el 50% de la fuerza laboral. Pero, cabría preguntar cómo está impactando la llegada de la generación Z a las organizaciones. 2018 fue el segundo año desde la entrada en el mercado laboral de la llamada generación Z, que representan casi el 26% de la población mundial.
Es decir, se trata de la generación más numerosa del planeta. Su ingreso en el mundo profesional supone ya todo un reto. El de la convivencia de hasta cuatro generaciones en el lugar de trabajo: los baby boomers, nacidos entre 1946 y 1964 y en la mayoría de los casos a punto de retirarse; los X, nacidos entre mediados de los 60 e inicios de los 80; los millennials o generación Y, nacidos entre 1981 y 1994, y la generación Z.
La principal característica que define a los nacidos entre 1995 y 2010 es que son la primera generación 100% digital, hiperconectados y capaces de controlar hasta 5 pantallas a la vez.
Estos nativos digitales han crecido, además, en el contexto de la crisis económica. Esto les ha impulsado a ser muy maduros, autosuficientes, autodidactas y creativos. El 33% aprende vía tutoriales en internet. Más del 20% lee en tablets y dispositivos electrónicos. Y el 32% hace todas sus tareas y labores online.
También son jóvenes comprometidos, con un alto sentido de la responsabilidad respecto a la sociedad y el planeta. Son exigentes, piensan en global y que todo está interconectado. Internet es su medio de comunicación prioritario y el móvil es una herramienta indispensable. Su vida, tanto personal como profesional, está íntimamente ligada a la tecnología y a muchos de ellos les gustaría dedicarse a ella, según el informe de Job Today.
En el actual contexto laboral, marcado por la falta de especialistas en tecnologías de la información y la comunicación, la entrada de estos profesionales es una excelente noticia. Según apunta el último informe sobre jóvenes del Foro Económico Mundial, la generación Z confía en el poder de la tecnología para crear nuevos puestos de trabajo. Casi el 30% cree que la tecnología con más impacto será la inteligencia artificial.
Como empleados son pragmáticos, realistas y poco dados a la inestabilidad laboral, lo que les diferencia de los millennials. También destaca su preferencia por trabajar en pymes para adquirir experiencia, para después pasar a grandes empresas. Así lo pone de manifiesto el informe 2017 Graduate Employment Study. Solo el 18% de los recién graduados querría para su primer empleo una gran empresa. Eso sí, conforme adquieren experiencia, aumenta su expectativas de trabajar en empresas más grandes.
Más allá del salario, para la generación Z es importante compartir los valores de la empresa donde trabajan y sentir que su trabajo contribuye a mejorar la sociedad. Según el estudio de Job Today, un 60% de estos jóvenes aspira a un empleo que tenga un impacto en el mundo. Además, están dispuestos a vivir en cualquier parte del mundo ya que no entienden de fronteras.
Sus principales objetivos en el trabajo son tener estabilidad, oportunidades de formación y desarrollo profesional. El entorno ideal para ellos es creativo y flexible, con el trabajo organizado por proyectos. Por eso, valoran, por ejemplo, la flexibilidad horaria y poder trabajar desde donde quieran. No quieren jefes autoritarios. Prefieren los mentores capaces de gestionar equipos colaborativos y creativos. Necesitan que su opinión sea escuchada y tenida en cuenta y tener feedback constante.
Para dar respuestas a las necesidades de esta nueva generación, en las empresas deben adaptarse a las características de estos empleados y adoptar nuevas formas de trabajar que cubran sus expectativas.
Ver más allá de las titulaciones. El hecho de que muchos de estos jóvenes sean autodidactas hace que no tengan titulación. Por eso, las empresas deben poner las titulaciones en un segundo plano a la hora de contratar.
Crear entornos creativos, flexibles, comunicativos y colaborativos. Las habilidades principales de las personas de esta generación en el trabajo son la comunicación y la colaboración. En su entorno laboral ideal, estos jóvenes desean un ambiente participativo y de comunicación abierta que fomente la creatividad y el trabajo en equipo.
Fomentar las habilidades digitales. Con todo el bagaje tecnológico de estos jóvenes, las organizaciones deben fomentar el uso de la tecnología y las habilidades digitales de sus trabajadores. No obstante, esta es una de las grandes asignaturas pendientes de las empresas. Según un reciente informe de Gartner, solo entre el 7% y el 18% de las empresas a nivel global cuenta con las habilidades digitales necesarias para adoptar nuevas soluciones de trabajo.
Proponga retos y oportunidades de aprendizaje continuos. La generación Z tiene una gran capacidad de adaptación a situaciones y ámbitos diferentes. Por eso, necesitan de continuo aprendizaje y cambios que supongan oportunidades de desarrollo de la carrera profesional con planes personalizados.
Transforme su organización hacia una estructura horizontal. Como se ha visto, la generación Z no tolera los jefes jerárquicos, sino que busca líderes con los que conversar y compartir sus ideas. Por eso, una de las claves es convertir su organización en una estructura horizontal.
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