Los grupos yumanos de la península de Baja California, tras una década de trabajos arqueológicos en todas las regiones del estado, se les ha ubicado desde las costas del mar de Cortés y el Pacífico hasta la Sierra de Juárez, el Valle de Guadalupe y el desierto, permitiendo descubrir cientos de vestigios prehispánicos con características que vinculan sitios arqueológicos con los actuales indígenas cucapá, paipai, kiliwa y kumiai.
Los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Baja California, trabajan desde diferentes puntos geográficos del norte de la península para reconstruir el eslabón de los grupos actuales con su pasado prehispánico, toda vez que han descubierto cerámica y sistemas de enterramiento similares a los que siguen realizando los yumanos, así como pintura mural del estilo La Rumorosa, atribuido a los kumiai y, posiblemente, a los paipai y cucapá.
Con un balance sobre dichas investigaciones, la arqueóloga Julia Bendímez Patterson, directora del Centro INAH-BC, expuso que la familia de las lenguas yumanas, compuesta por los idiomas cucapá, paipai, kiliwa y kumiai, floreció hace 1,500 años, durante la época con más avances culturales en la historia antigua de Baja California, la Prehistoria Tardía.
En comunicado de prensa, Bendímez Patterson consideró que el progreso de aquellos nativos californianos que dieron origen a la familia lingüística yumana fue acentuado por adelantos innovadores: la elaboración de objetos de cerámica y de cestos de materiales como el junco y ramas de sauce, con lo que fue posible la transportación del agua y la conservación de alimentos; y la fabricación de instrumentos sofisticados de cacería, como el arco y la flecha, que mejoraron las técnicas para la caza y la protección territorial.
En el noreste, la introducción de la agricultura provocó otro cambio revolucionario dentro de la vertiente del Golfo de California, en las sociedades del desierto de San Felipe y Mexicali, que aprovecharon las inundaciones del río Colorado para el cultivo de maíz, calabaza y frijol, así como para practicar la pesca.
Y en el noroeste, hacia el Pacífico, las comunidades que habitaban sobre la costa y valles intermontanos, en el actual territorio que va de San Quintín a Tijuana, aprovecharon recursos naturales terrestres y marinos, explicó Julia Bendímez.
Asimismo, dijo Bendímez Patterson, desde las Costas del Golfo de California y el Pacífico hasta la Sierra de Juárez, se han encontrado pipas de barro como las que actualmente fabrican los paipai. En tanto, en la zona Los Algodones, al norte del estado, las excavaciones han dejado a la luz varios graneros carbonizados con semillas de frijol, calabazas de diversas especias, maíz y semillas de recolección de mezquite.
La arqueóloga también destacó el descubrimiento de una cremación de por lo menos 100 años de antigüedad, perteneciente a un infante de entre 9 y 12 años de edad, que después de ser incinerado conservó un collar de cuentas de concha, piedra y cristal. Dijo que este tratamiento mortuorio fue característico de las culturas yumanas, y dejó de practicarse después del contacto con la sociedad no indígena, sobre todo a mediados del siglo pasado.
Las investigaciones arqueológicas también se han desarrollado en sitios más antiguos, del Periodo Paleoindígena (11,000 a 7,500 a.C.), cuyos vestigios encontrados indican una población humana continua desde el periodo Holoceno Temprano (10,000 y 8,000 años antes del presente) hasta la Prehistoria Tardía.
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