Los novelistas Heriberto Frías, Mariano Azuela, Salvador Pruneda y Nellie Campobello, desempeñan en la literatura mexicana un rol de conciencia social, la cual es reflejada por la voz de los autores o tras la máscara de alguno de sus personajes, afirmó el escritor y especialista Juan Antonio Ascencio en la conferencia “El portador de la conciencia en tres autores de la novela de la Revolución”.
En donde ahondó sobre la importancia de estos escritores que presenciaron una guerra civil; “pero también –me intereso- qué explicación tiene una lucha que une y separa, que se bifurca en intereses nada nacionales y muere al parecer sin haber cumplido lo propuesto en planes, pactos, tratados, convenciones, constituciones y proclamas”.
Comentó que antes de abordar la vida y la obra de los escritores, era necesario definir conceptos “de principiantes” que ayudan a comprender cada una de las novelas: país, gobierno, novela, historia, biografía, memorias, evolución, Porfiriato y Revolución.
“Revolución –detalló– es una palabra relacionada con el término evolución y remite a una acción resultado de una vida carente de participación ciudadana en gobierno, educación y economía, la cual se caracteriza por los siguientes elementos: un pueblo, un territorio, un gobierno y en tiempos recientes, una unidad de gobierno.
“Sobre todo cuando el pueblo resiente crisis en esos campos y poca o nula libertad política. Cuando por largo tiempo la sociedad no evoluciona, el sistema se derrumba y toda revolución es violenta, de consecuencias imprevisibles, de duración incierta, de costos incalculables pero seguros y en donde cualquier campanada, plan, grito, rumor o cañonazo desata el desgobierno sobre el territorio y los pobladores”.
En comunicado de prensa el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), se informó que el experto destacó que para comprender a cada uno de estos autores, es importante conocer que la Revolución Mexicana comenzó con un libro, un plan y un levantamiento armando durante el Porfiriato, “nombre dado a la concentración de poder en la persona de Porfirio Díaz, un duro patriarca rodeado de viejos ministros insensibles y sembrador de caciques regionales”.
Del concepto “novela”, explicó, es una creación producto de la imaginación del escritor, mientras que la historia, biografía o memoria, son realidades documentadas.
“Esto es importante saberlo porque Martín Luis Guzmán con Memorias de Pancho Villa nos hace leerla como novela, mientras que en realidad forma parte de una serie de obras llamadas novelas de la Revolución, realizadas por diversos autores, entre los que destacan los antes mencionados, que abordan la historia, las memorias, los hechos reales sin imaginación”.
El también profesor de creación de cuento y de poesía comentó que Heriberto Frías con su obra Tomóchic y Mariano Azuela con Los de abajo, fueron los primeros en publicar los horrores y heroísmos de la revolución “por salud espiritual, como catarsis y como alivio de un alma sensible que suelen tener los creadores golpeados por alguna experiencia vivida en campaña”.
Además de que ambos escritores tienen rasgos comunes; prestaron servicio en las fuerzas armadas, el primero como teniente del Ejército federal en tiempo de Porfirio Díaz y Mariano Azuela como médico con grado de teniente coronel y jefe del servicio médico.
Asimismo los dos publicaron la primera edición de sus obras con el sistema de folletos o folletones y que por estas obras tuvieron tres opciones: el encierro, el destierro y el entierro.
Añadió que algo destacado del trabajo de Salvador Pruneda es que en 1929 filmó con Eduardo Batista Abismo, la primera película totalmente dialogada en lengua española, además de que fundó 65 noticieros cinematográficos y la caricatura política.
Finalmente de Nellie Campobello y su obra Cartucho, reveló que para comprender esté libro es importante conocer su texto Ritmos indígenas de México que estudia de forma detallada cómo camina la gente del campo en cada región de México.
Comentarios Cerrados