Más de 15 mil carros no circularon el sábado 5 de julio. El gobierno aplicó la frase “primero fusilen, luego verigüen”. El Hoy no Circulen lo ordenó el gobierno como descontón. Bajar la contaminación fue la orden. Parar o multa y corralón. Con este método cualquiera se convence. Que los sábados miles de comerciantes van a la Central de Abasto a surtir la frutería, la recaudería. Para vender al público. Ni modo. El mariachi y la marimba no salieron. Y miles de ciudadanos encerraron el carro. A batirse con el pésimo transporte público. Pero la contaminación no fue de un día a otro, ni por inversión térmica. Fue la orden del gobierno. ¡Y ya! Luego vino el apapacho, después del golpe. Anunció Miguel Ángel Mancera 200 millones de pesos en apoyo a afectados. Para catalizadores y para conversiones a gas. Debió hacerse antes. El gobernador del estado de México, Eruviel Ávila, propuso posponerlo. Para hacer una labor de concientización. Pero el secretario de SEMARNAT, José Guerra Abud, lo sometió. Ni un paso atrás. Y entonces, Eruviel anunció un fondo de 300 millones de pesos para apoyo a los dueños de carros viejos.
Finalmente los dos gobiernos regalarán catalizadores; mientras no circulen.
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