Después de que el Poder Judicial otorgó decenas de amparos en contra del Acuerdo del
CENACE sobre el Sector Eléctrico, por ser contrario a las energías renovables, la libre
competencia y la salud de los mexicanos, ahora el presidente Lopez Obrador se refugia en el
discurso de la corrupción para justificar este nuevo desatino. Se han quedado sin argumentos y recurren a la acusación de corrupción sin presentar pruebas ni iniciar ninguna investigación seria
al respecto.
En COPARMEX rechazamos que se utilice el argumento de corrupción para encubrir el objetivo
de recuperar para CFE el monopolio de la industria eléctrica. Nos quieren imponer una política
que traerá energía cara y contaminante con el fin de cumplir el sueño estatista de esta
administración.
Aplaudimos la independencia del Poder Judicial, que al reconocer las graves consecuencias
que estas medidas tendrían sobre la competencia y el derecho a un medio ambiente sano,
otorgó más de 20 suspensiones en contra de esta maniobra para evitar la incorporación de
nuevas centrales de energías limpias y baratas al sistema eléctrico.
Ahora sigue la defensa de la legalidad en contra de la Política de Confiabilidad publicada por
SENER hace unos días, la cual persigue el mismo objetivo que el Acuerdo del CENACE y va
más allá, siendo violatoria de la Constitución, los tratados internacionales y las leyes del sector
Para justificar estas medidas, el gobierno nos quiere hacer creer que es necesario desconectar
a las centrales de energías limpias porque afectan la operación de la Red Eléctrica.
Los problemas de operación de la Red Eléctrica no son provocados por las centrales limpias ni
por las empresas, sino son consecuencia de una falta de inversión en redes de transmisión, que
es facultad exclusiva del Estado. Estas líneas de transmisión llevan la electricidad de donde se produce a los centros de consumo, y fue este gobierno el que canceló dos licitaciones para
construir importantes líneas de transmisión: una en el Noroeste y otra en el Sureste del país que permitirían fortalecer nuestra red eléctrica y aprovechar el gran potencial de energías renovables
del país.
No nos dejemos engañar: el objetivo último de esta política es desplazar la generación de los privados, que es más barata y eficiente, con energía sucia de las centrales de la CFE que
funcionan con combustóleo. Las consecuencias serán una energía más cara, que contaminará
más, y que requerirá de mayores recursos públicos para subsidiar las tarifas o de incrementar
las tarifas cuando no haya recursos para subsidiaras.
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