Para los mexicanos la muerte representa el duelo peculiar, en el que los sentimientos de tristeza y alegría fomentan una celebración y tributo a la memoria de los seres queridos que dejaron de existir.
Para muchas poblaciones indígenas la muerte es otra forma de vida y es una celebración que data desde antes de la llegada de los españoles.
En estos días es muy importante el colocar las ofrendas de día de muertos, que son un ofrecimiento donde se comparte con los difuntos el pan, las frutas, la comida y las bebidas favoritas, mediante estos elementos se honra la memoria del finado.
Según datos de la Comisión Nacional Para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, la ofrenda del Día de Muertos es una mezcla cultural donde los europeos pusieron algunas flores, ceras, velas y veladoras; los indígenas le agregaron el copal, la comida y la flor de cempasúchil. De esta manera la ofrenda, tal y como la conocemos hoy, es un claro reflejo de la fusión cultural.
Para los interesados en tener su propio altar de muertos, deben tomar en cuenta los siguientes elementos:
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El agua: la fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.
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La sal: el elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
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Velas y veladoras: significa luz, fe y esperanza. Es una guía, para que los espíritus puedan llegar a sus antiguos hogares.
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Copal e incienso: se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.
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Las flores: adornan y aromatizan el lugar durante la estancia de las ánimas, la cual al marcharse se irá contenta, el alhelí y la nube, su color significa pureza y ternura.
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El petate: se puede utilizar como cama, mesa o tapete. Su función principal es para que las ánimas descansen o se puede usar como de mantel para colocar los alimentos de la ofrenda.
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El pan: podemos ver la influencia de la religión católica ya que se presenta como el «Cuerpo de Cristo».
Un sitio simbolico en donde se revive esta tradición es Palenque, Chiapas, ampliamente reconocido por su diversidad de flora, fauna, así como por su riqueza cultural y gastronómica. Esta región tiene una manera muy peculiar para conmemorar “El día de Muertos”. Durante el 1 y 2 de Noviembre se adornan las tumbas con flores, veladoras, papel picado, y la comida favorita del difunto, entre los que se encuentran los dulces típicos como la calabaza, camote y yuca; elotes hervidos acompañados de polvojuán, mezcla de chile crespo seco y tostadas, todo molido con sal.
Las bebidas tradicionales también son de suma importancia para la ofrenda, ya que hay una gran variedad por ejemplo: atole de granillo, hecho a base de maíz amarillo o blanco, canela, cal, azúcar y agua; Pozol, hecho de cacao y maíz. Algunos platillos tradicionales que también acompañan la ofrenda son los tamales, ya que en el estado de Chiapas podrás encontrar cerca de 100 diferentes tipos de tamales.
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