Durante los últimos años las estructuras familiares se han trasformado y los roles han cambiado, no obstante, la repercusión de la figura paterna en la vida de los hijos es innegable, son tantos los estereotipos que hemos generado como sociedad que podría parecer que sólo es relevante la presencia cercana de la madre. Sin embargo, la figura paterna es muy importante para el desarrollo de los hijos.
Nadie nos enseña a ser padres, y tenemos que trabajar mucho como sociedad para que esto cambie. Necesitamos que los papás estén conscientes del rol tan importante que tienen en la educación de los hijos.
Según últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía la proporción de hogares encabezados por mujeres, aumentó casi 10 puntos porcentuales en los últimos 25 años, lo que significa que el 26.4 % de los hogares, en México no cuentan con padre en la familia, esto nos da un panorama del impacto que tienen niñas y niños al crecer sin una figura paterna.
En el marco de la celebración del día del padre en Fundación Reintegra, Jimena Cándano, directora General, habló sobre la relevancia de establecer una relación positiva entre las y los niños y sus padres con la intención de alejarlos de las conductas anti sociales. “Las niñas y los niños necesitan dentro de sus familias amor, aceptación puntos de referencia, límites y seguridad, para poder desarrollar plenamente habilidades y capacidades que les permitan tomar decisiones asertivas que los aparten de conductas ilícitas” apuntó.
A través del programa “Puedes Soñar” Reintegra trabaja con niñas, niños, jóvenes, y familias de la Colonia Guerrero y el barrio de la Lagunilla, zonas con alto índice de criminalidad al centro de la Ciudad de México. A través de la cultura de la paz y la prevención comunitaria con el objetivo de alejarlos de la violencia y las adicciones, “Debemos aprovechar la oportunidad para darle a la figura del padre la importancia que merece para generar conciencia de la importancia de los papás en nuestra sociedad y sobre todo para el sano crecimiento de los hijos. Para recordarnos que los abrazos, las emociones y el cariño ayudan a crecer y a que seamos mejores personas. Un té quiero nunca está de más.” agregó Cándano.
De esta manera, mediante programas que inculquen la comunicación asertiva, el auto conocimiento y la autoestima, los derechos humanos y sobre todo la resolución no violentan de conflictos, nos acercaremos hacia la transformación y la justicia social que tanto requiere el país.
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