En el libro “Secreto Biblia” de Leopoldo Mendívil López, se caracteriza por ser una publicación irreverente, acorde a los escritos que ha realizado su autor a lo largo de su carrera. En sus páginas se trata de romper paradigmas, cánones establecidos y de cuestionar verdades absolutas.
El autor utiliza la fantasía como herramienta para colocar al lector ante un descubrimiento científico que no tiene por qué escandalizar; “la versión original de la Biblia es falsa y la versión actual, la que está en los hogares de millones de seres humanos – empieza diciendo Leopoldo- está alterada”.
En un analisi realizado por la periodista Beatriz Pagés, detalla que la alternación del libro sagrado de judíos y cristianos, no es producto de una imaginación hiperactiva. Es resultado de los descubrimiento hechos por la arqueología bíblica y las investigaciones que ha llevado a cabo uno de los expertos más destacados de Tel Aviv de nombre Israel Finkelstein.
Finkelstein sostiene que el Éxodo no existió y que la historia relatada en los cinco libros que conforman el Pentateuco de los cristianos y la Torá de los judíos, no responde a ninguna revelación divina. Que son producto de un grupo de notables de la época para reconciliar a los pueblos de Israel y Judá.
Si esto es cierto, si efectivamente, Moises – como argumenta la arqueología-, no fue el autor del Pentateuco; Jeremías no redactó el libro de Los Reyes, David no escribió los Salmos y Salomón no dictó el Cantar de los Cantares, entonces, qué si sucedió, cuestiona.
Mendivil utiliza este descubrimiento, sin duda, shockeante, para construir toda una narrativa que introduce al lector a la febril búsqueda de uno de los tesoros más sagrados de la humanidad: el verdadero original de la Biblia.
Una búsqueda que lleva implícito otro acicate: Si esta Verdad, que se nos ha transmitido por generaciones es falsa, entonces cuál es la auténtica. ¿Qué dicen los manuscritos originales? ¿Por qué se ocultó a la humanidad su contenido legítimo?, pregunta.
“Hoy – dice una de las protagonistas de Secreto Biblia- vamos a transmitir en vivo, vía satélite desde Jerusalén, un descubrimiento arqueológico que va a sacudir al mundo”
Mendivil utiliza este anzuelo para lleva de la mano al lector por una serie de aventuras, sucesos que rompen la barrera del tiempo y que lo mismo se producen antes de la Era Cristiana que en la época moderna donde los personajes están inmersos en una vorágine de pasiones que se entrecruzan en el éter de la historia para desembocar, por ejemplo, en la Necrópolis del Vaticano donde al Papa Francisco le descubren una leyenda en griego que dice: “El libro llamado Apocalipsis, no fue escrito por el apóstol Juan” “ni siquiera lo escribió un cristiano” “lo escribió un impostor.”
Este tipo de sentencias, producto sí, de la imaginación del autor, pero con asidero en la realidad, es lo que hacer del libro un documento interesante.
La segunda tesis vertebral de “Secreto Biblia” tiene que ver con una denuncia. Tanto la Biblia, como el Corán, son libros sagrados con un alto contenido de violencia.
Esta, sería la primera prueba, de que la naturaleza de ambos documentos es más humana que divina. Quienes los redactaron simplemente plasmaron, trasladaron la crueldad diaria, la lucha encarnizada por el poder, entre egipcios, sirios y persas, a las páginas de las sagradas escrituras.
La consecuencia de esta violencia divina se vive hasta nuestros días en forma de fanatismo, terrorismo y guerras de religión. Esta es, sin duda, una de las más importantes lecciones que arroja “Secreto Biblia”.
La suma religión, fanatismo y violencia está detrás de la versión oficial del ataque a Las Torres Gemelas en el 2012; del atentado contra la revista francesa Charlie Hebdo en 2015; de la muerte de varios turistas en las Ramblas de Barcelona en 2017, pero sobre todo de una guerra eterna entre dos pueblos hermanos condenados por la religión a desangrarse. El conflicto israelí-palestino.
Mendívil pone en evidencia los males del fanatismo cuando uno de sus personajes exclama: “!El mundo se divide en dos tipos de personas: los que quieren dogmas y los que quieren explorar la verdad!”.
A lo largo del libro hay una serie de pasajes que recrean la violencia contenida en las Escrituras. Reproduce, por ejemplo, lo que dice Isaías en el versículo 63: “lo aplasté todo con ira, lo pisotee con furor; su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas; porque el día de la venganza está en mi corazón”.
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