El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor M. Toledo, reiteró la urgencia de tomar medidas legales para eliminar en forma progresiva la importación y el uso del glifosato en México, ya que hay evidencias claras del daño que este compuesto químico ha causado a la salud de la población y a la biodiversidad.
Durante la sexta reunión virtual del sector ambiental federal, el titular de la Semarnat puso sobre la mesa la discusión sobre la veracidad de estudios científicos que mantienen dos posturas diferentes sobre los efectos dañinos del glifosato, y dijo que se necesita una ciencia digna, comprometida, que no se autosilencie, ya que en este tema se juegan muchos intereses económicos.
Recordó que en noviembre del año pasado la Semarnat adoptó el principio precautorio al negar la importación de mil toneladas de glifosato, y consideró que en México ya se debe trabajar en un decreto para eliminar su uso de forma gradual.
Sostuvo que, contrario a lo que algunos grupos opinan, la Semarnat sí debe tener una participación clave en la agricultura, por lo que se empuja la propuesta de reformar la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) para considerar el término “agroecología”, lo que será uno de los principios para una transición gradual hacia una cultura agroecológica.
Toledo Manzur recordó que la política de la dependencia que encabeza se basa en seis transiciones ambientales, que son: alimentos, energía, agua, conservación, industrias, ciudades y educación.
Agregó que recientemente envió al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dos notas en las que se hace énfasis en la conexión que existe entre “una nueva normalidad y todo el tema de la transición ecológica”, lo cual ya se está planteando en Alemania, el Fondo Monetario Internacional y el gobierno de China, el impulso a una revolución ecológica hacia el 2035.
En otro tema, durante su participación, la directora general de la Comisión Nacional del Agua, Blanca Jiménez, explicó que se están atendiendo más de 15 proyectos prioritarios, entre ellos el saneamiento del río Tijuana; así como la construcción de dos plantas desaladoras, una en Los Cabos y otra en La Paz, en Baja California Sur; mientras que en Coahuila y Durango se desarrolla un programa para sanear la laguna y, en Nayarit, una línea de conducción del Nayar.
Además, se atienden distintas problemáticas que presentan la presa Libertad, en Nuevo León; el proyecto de El Zapotillo, en Jalisco, que está en revisión; el canal Centenario y su zona de riego, en Nayarit; el desvío del Dren Juárez, en Sinaloa; la zona de riego de la presa Picachos, la presa Santa María y su zona de riego; la presa Bicentenario Los Pilares, la zona de riego de la presa El Chihuero, así como la tecnificación de la zona de río de la Termoeléctrica Huexca. Asimismo, destacó el avance en las obras del Parque Ecológico de Texcoco, compromiso del Ejecutivo Federal que estará concluido en un año 11 meses.
La titular de la Conagua puso en relieve el trabajo online que realiza el Comité Nacional de Grandes Presas con la participación de más de 35 instituciones, todos los martes a las 10:00 hrs, evento público que en ocasiones ha involucrado a más de 70 mil personas.
Habló también de cambios en las reglas de operación con criterios de selección incluyentes para atender zonas de atención prioritarias, poblaciones marginadas, indígenas y afromexicanas, así como la inclusión de tecnologías no convencionales como captación de agua de lluvia, entre otras.
Al cierre de la sesión, Toledo Manzur reconoció las tareas que encabeza la Conagua, y pidió al sector abordar y profundizar en la Ley General de Agua durante las próximas reuniones.
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