A 32 años de su muerte, la afición no olvida a El Santo, uno de los mejores en la historia de la lucha libre mexicana, fue recordado de manera especial este viernes, cuando se cumpla un aniversario más de su partida.
El 5 de febrero de 1984 dejó de existir físicamente el Enmasarado de Plata y comenzó la leyenda de uno de los personajes mexicanos más conocidos en el país y en el mundo, quien tuvo una vida de éxitos arriba y abajo del cuadrilátero.
Nacido el 23 de septiembre de 1917 en Tulancingo, Hidalgo, Rodolfo Guzmán Huerta comenzó a practicar desde muy joven el arte del pancracio y a conocer sus secretos, algo que en un momento hizo a escondidas de su madre.
Bajo el nombre de Rudy Guzmán inició su andar en el mundo de la lucha libre, y también utilizó los nombres de El Hombre Rojo y Murciélago II, aunque éste fue prohibido por la Comisión de Box y Lucha al ya existir un Murciélago.
Su presentación ya como El Santo fue el 26 de julio de 1942, en la esquina ruda y en la antigua arena México, donde brindó una salvaje actuación para ser despedido entre abucheos, pero ahí comenzó una brillante carrera que llevó a cosas inimaginables.
En el ring logró grandes trofeos y títulos, como las máscaras de Black Shadow, Espanto I y El Gladiador, entre otras, y cabelleras como Bobby Bonales, René Guajardo y Perro Aguayo, además de otras, en épicas batallas.
Fuera del cuadrilátero, quien inmortalizara la llave de a caballo, se convirtió en un icono de la cultura mexicana, pues tuvo su propia historieta y filmó diversas películas, algunas junto a luchadores como Blue Demon y Mil Máscaras, donde enfrentó a monstruos, marcianos y otras criaturas.
Nunca perdió la máscara, sólo mostró parte de su rostro en televisión. En septiembre de 1982 se despidió de manera definitiva en el ring del Toreo de Cuatro Caminos y el 5 de febrero de 1984 murió y más de 10 mil personas lo despidieron.
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