Autoridades aeroportuarias (SCT) realizarán una investigación exhaustiva a empresas certificadoras de pilotos aviadores para evitar que otorguen esos reconocimientos a quienes no están debidamente capacitados para conducir las aeronaves.
La decisión se tomó tras el desplome del Learjet 45 donde perdieron la vida funcionarios del gobierno federal, entre ellos, el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y el exdirector de la SIEDO, José Luis Santiago Vasconcelos, a principios de este mes.
Luis Téllez Kuenzler, titular de la SCT, informó que una de las hipótesis sobre el accidente tiene que ver con la inexperiencia de los pilotos que conducían la aeronave en momentos críticos, como los presentados esa tarde.
El Learjet 45, propiedad de la Secretaría de Gobernación, era tripulado por los pilotos Jesús Oliva Pérez y Alvaro Sánchez y Jiménez, de la empresa Centro de Servicios de Aviación Ejecutiva, S. A. de C. V., ambos con licencia vigente para volar.
Sin embargo, “la investigación revela presuntas deficiencias en el proceso de capacitación y certificación de ambos para operar el Learjet 45. Se está investigando, por el grupo de factores humanos, la obtención de sus certificados de capacidad, especialmente en el manejo del Learjet 45”, dijo Téllez Kuenzler.
Esta inexperiencia, unida a la turbulencia que dejó el Boing 727, procedente de Buenos Aires, Argentina, y que precedía al Learjet 45, fueron las razones expuestas por Téllez Kuenzler.
La diregencia nacional del sindicato de aviadores, ASPA, rechazó rotundamente la hipótesis de impericia como causa y documentó la larga experiencia de los pilotos fallecidos.
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