En la zona metropolitana de la Ciudad de México, el 21.1 por ciento de las viviendas son alquiladas, según el “Informe de coyuntura inmobiliaria” al segundo trimestre del 2020 de Tinsa Research, compañía multinacional dedicada a la valuación de inmuebles.
Dentro de este segmento, hay familias que pagan rentas que se asemejan a la mensualidad que estarían pagando por un crédito hipotecario. Incluso, lo que pagan por renta podría ser mayor a la mensualidad de un crédito hipotecario, si se considera que en el mercado hay tasas de interés fijas de un dígito. Banorte, por ejemplo, ofrece tasas desde 7.5 por ciento en sus esquemas de crédito para adquirir vivienda.
Eugene Towle, socio director de Softec, consultoría especializada en investigación inmobiliaria en México, comenta que hay familias que se adaptan a un espacio que ya no les acomoda, cuando al tener un crédito podrían mejorarlo. “Es importante que la gente no se sienta atrapada… cuando una vivienda ya no es funcional, se puede buscar otra. Lo más importante es que resuelva las necesidades de espacio, que sea una zona en la que le convenga estar a la familia, y cerca de los servicios que necesita”, mencionó.
Dejar de rentar o cambiar el crédito hipotecario actual a un banco que ofrece una menor tasa de interés es una de las oportunidades que tienen las familias en medio de la contingencia por el Covid-19.
La historia de un cambio en plena pandemia
Así lo hicieron Patricia y Alberto, quienes rentaron hace 10 años un departamento de dos habitaciones: una la ocupaban ellos y la otra la compartían sus hijos que entraban a la adolescencia y que empezaban a tener diferencias entre ellos. Cada año, subía al menos mil pesos el pago de renta por un espacio que cada vez les incomodaba más.
La pareja tenía dos automóviles de modelo reciente que solían cambiar cada dos años, hasta que se dieron cuenta de que esas decisiones ya no convenían a la dinámica de la familia, pues era urgente conseguir una mejor vivienda.
Por ello, decidieron vender uno de los dos vehículos a fin de obtener ingresos extraordinarios para que, junto con ahorros previos, pudieran tomar un crédito hipotecario y adquirir un departamento con tres recámaras por el que pagarían 15 mil pesos mensuales durante 20 años, sin ningún incremento anual.
Y es que, de acuerdo con Eugene Towle, para obtener un crédito hipotecario, las familias deben contar con un ahorro previo que les permita cubrir los costos iniciales de este préstamo.
Tener esa disponibilidad es importante porque los bancos no prestan el valor de total de la vivienda que la familia quiere comprar, sino solo un porcentaje, aunque hay algunos como Banorte, que pueden prestar hasta el 90 por ciento del valor total del inmueble.
Al conformar esos ingresos extraordinarios y tener un historial crediticio sano, Patricia y Alberto pudieron contratar el crédito Hipoteca Fuerte para comprar una vivienda de 2.1 millones de pesos. El banco les prestó 1.7 millones a una tasa fija de 7.5 por ciento, y la venta del auto les permitió pagar gastos iniciales propios del crédito como son el avalúo del inmueble y los gastos notariales.
Además, la primera mensualidad la pagarían luego de tres meses de haber contratado el crédito, lo que permitió reordenar su presupuesto mensual sin que faltara liquidez.
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