Notas

Vini

 

La Cámara de Senadores es una institución respetable. Debiera ser igualmente respetada. Pero algunos han olvidado su significado. Se trata de la representación de las entidades de la república en el pacto federal. 

Sin embargo, hay algunos que creen ser representantes de los mexicanos y que, por tanto, pueden poner condiciones al gobierno. Se les ubica en el grupo de los denominados “poderes fácticos”.

Me he referido a trabajos legislativos en la Cámara de Diputados. Poco he abordado el tema de los senadores. Sin embargo, es de reconocerse que unos y otros forman parte de la misma tarea: hacer, revisar, modificar, las leyes que establecen el marco que hace posible la vida de la comunidad nacional.

Ninguna es menos que la otra. Son colegisladoras. En ocasiones las iniciativas surgen de los senadores o llegan del Ejecutivo Federal o de las legislaturas locales, y se instituyen en cámara de origen, o las reciben de la de diputados y es ésta la de origen. El proceso legislativo es entre ambas.

Más la Constitución confiere facultades exclusivas a los diputados, como aprobar el presupuesto de egresos de la Federación; “Coordinar y evaluar, sin perjuicio de su autonomía técnica y de gestión, el desempeño de las funciones de la entidad de fiscalización superior de la Federación…” (Art. 74 Frac. II).

El mismo ordenamiento establece como facultad exclusiva del Senado: “Analizar la política exterior desarrollada por el Ejecutivo Federal…”, así como “… aprobar los tratados internacionales y convenciones diplomáticas que el Ejecutivo Federal suscriba, así como su decisión de terminar, denunciar, suspender, modificar, enmendar, retirar reservas y formular declaraciones interpretativas sobre los mismos”. (Art. 76 Frac. I)

Nicolás Sarkozy fue recibido en el Senado. Se filtró que se le había sugerido la inconveniencia de abordar allí el asunto de Florence Cassez. 

Si tal ocurrió se explica. Los medios han recogido con suficiencia el sentir de la gente sobre ese asunto, particularmente por parte de quienes han sido víctimas de secuestro,

Había razón para la sugerencia siempre comedida. Tono que, se advertía, el mandatario galo no tendría. Desde antes de su viaje, en círculos de su gobierno se ha pugnado por la repatriación de la señora Cassez. Bajo un supuesto: la pena podría purgarla allende el Atlántico. Además se aplicaría un acuerdo en la materia. No faltan advertencias sobre la posibilidad de una revisión de su caso, allá, por supuestas desviaciones procesales. 

Vine… vi y vencí, dijo Julio César.

Acaso alcanzar semejante propósito habría sido el pensamiento de un hombre que en su patrón genético tiene los afanes del imperio: del austro-húngaro, porque húngaros son sus orígenes; del romano, conquistador de Las Galias; del napoleónico, cuyos resabios padecimos en América, en México en el siglo XIX, y hasta el XX sufrieron en Asia y África.

La Cámara de Senadores es una institución respetable. La deseamos respetada, por los de aquí y los de allá. Cuerpo legislativo plural de acuerdo a las formas vigentes, ha sido escenario de eventos importantes que ha convocado a las fuerzas políticas, sociales y económicas, a discutir y acordar sobre temas torales: Reforma del Estado, promovida por una ley conocida como Ley Manlio; Reforma Energética cuya consecuencia fue la transformación posible del sector petrolero; más recientemente, el foro “México ante la crisis. ¿Qué hacer para crecer?”

No se le culpe de ser garante del sentir de los mexicanos.

 

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