La recesión se instaló en México, según analistas de Wall Street y de la televisora CNN, a causa del raquítico crecimiento económico nacional, inferior a los de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Perú y Panamá, por mencionar a algunos. De entre 180 naciones, nuestro país ocupa el lugar 151 en producción. El desplome es vertical.
Para este año, analistas del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional pronostican un crecimiento raquítico de 0.2%, pero podría quedar bajo cero a causa de la escasa producción agropecuaria y el miedo de pequeños y medianos industriales al hampa, autora de secuestros y asesinatos abominables.
Numerosos empresarios de la república, en particular de entidades norteñas, emigran a Estados Unidos, Canadá, Europa e incluso al Lejano Oriente por temor a los Cárteles y a delincuentes de peor ralea que secuestran, mutilan a sus víctimas, las asesinan y sobre eso cobran rescates.
Además de envenenar a la juventud con estupefacientes y secuestrar, las mafias multiplican sus prácticas delictivas en la piratería, tráfico de mujeres y cobro de cuotas mensuales a agricultores, comerciantes e industriales. Esta última modalidad es copia agrandada de la impuesta por la Cosa Nostra en Estados Unidos en los años veinte.
Comenta un aguacatero michoacano: «Yo me pongo a mano con La Familia, pero si también me caen los Beltrán Leyva, o Los Zetas, o «Los Pelones» guerrerenses o el Cártel del Chapo Guzmán, mejor le prendo fuego a las huertas y me largo con mi familia de este país».
En esa situación se encuentran dueños de negocios de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca y otros estados, debido a exigencias mensuales del Cártel del Golfo.
Se supone que ese Cártel arrojó una granada y ametralló las instalaciones de Televisa Monterrey, habiendo dejado este mensaje: «dejen de transmitir nada más a nosotros, también transmitan a los narcomandatarios. Este es un aviso».
La misma mafia colocó, el año pasado, más de 100 narcomantas en por lo menos 11 estados del país, señalando la protección de altas autoridades a la pandilla del Chapo Guzmán.
En esta situación de incertidumbre es imposible la buena marcha de la república. Los Cárteles alcanzaron un poderío de tal magnitud que Estados Unidos y Guatemala refuerzan sus fronteras mediante el envío de tropas para detener la penetración de la delincuencia.
Y a nuestros soldados los decapitan o los degüellan, como sucedió en Nuevo León y Guerrero, sin que el propio Ejército pueda detener a tan crueles matones.
En ese caos de terror, el Presidente Felipe Calderón ofreció un programa anticrisis con la esperanza de atemperar el enojo nacional. Ofreció congelar el precio de la gasolina, la cual se vende al doble, en comparación con EU. Tampoco recibirá aumentos al gas doméstico.
No es mucho, pero la gente debió percibir que el gobierno intenta algo en plena espiral inflacionaria. Los precios se han disparado tanto que la cadena Wall Mart registró una merma de 2% en sus ventas de diciembre pasado.
El paro de pescadores en varios estados del país es un aviso de cuanto puede suceder con la carestía de los combustibles. Los transportistas de mercancías y pasajeros parecen dispuestos a seguir ese camino.
Como reza una frase popular, lo mejor es no hacer cosquillas obscenas al tigre.
www.felixfuentes.com.mx
Comentarios Cerrados