Por: Aarón Cortes Hernández*
La pregunta que encabeza este artículo vuelve a estar en la mayoría de las mentes cristianas y no cristianas precisamente al acercarse la fecha en la cual casi toda la cristiandad celebra el nacimiento de Nuestro Señor Jesús. Todos sabemos dónde nació, todos sabemos cuándo menos algo de su nacimiento virginal. Pero la pregunta sigue en pie ¿en qué fecha nació el Niñito Jesús? La Biblia dice en Mateo 2:1 que nació precisamente en los días del rey Herodes. El evangelista Lucas en su capítulo 2 del verso 1 al verso 7 nos informa de un asunto de gobierno consistente en un censo ordenado por César Augusto. Estos son los elementos históricos que se asocian a la narración bíblica referente al nacimiento del Niñito Jesús.
Antes que nada, amable lector, debemos considerar que la fecha es algo muy valioso si lo tenemos, pero es más importante el hecho porque de él surgen las consecuencias que tienen que ver con la persona, por ejemplo, nuestros padres al ocurrir ante el oficial del Registro Civil pueden equivocarse en la fecha de nuestro nacimiento como ya ha ocurrido, pero lo que tiene consecuencias jurídicas es precisamente el nacimiento en sí. Ahora vayamos a la consideración de los elementos históricos que los evangelistas nos proporcionan y con el auxilio de autores extrabíblicos intentemos corroborar la narración de los evangelios de Mateo y de Lucas.
Josefo Flavio, historiador de origen judío, que en la guerra de los romanos contra los judíos se pasó al bando de Roma, dice: Antigüedades, XII, 6:4) “Hubo un eclipse de sol pocos días antes de la muerte de Herodes”. Los astrónomos han calculado que esto sucedió el 13 de marzo del año 4 A.C. los otros sucesos que aparecen en la narración sagrada son: los días que transcurrieron entre el nacimiento y la purificación que nos narra San Lucas en 2:22, es decir, más de cuarenta días; la visita de los Magos del Oriente; el tiempo en que Herodes convocó a los Sacerdotes y Escribas, esto nos lo informa Mateo en su capítulo 2:1-12. En una apreciación muy particular pero atendiendo a las circunstancias de la época creemos que tres meses son un tiempo prudente para que en ellos suceda todo lo anterior. La era cristiana que ahora es aceptada universalmente, fue fechada cuatro años más tarde por el Fraile Dionisio el Flaco o Exiguo, quien la fechó en el año 754 A.C., esto es de la fundación de Roma. Esto nos llevaría a fechar el nacimiento del Niñito Jesús en el año 5 A.C. todavía no tenemos sino una aproximación de tres meses que nos colocaría en el mes de Diciembre de nuestro calendario.
¿Qué tenemos que decir en cuanto al famoso censo? Que si ese censo fue ordenado por el emperador romano, entonces era un documento público; entonces tendría que ser depositado en una de las veintinueve bibliotecas que funcionaban como Archivos Generales en la ciudad de Roma. Las Bibliotecas que los romanos destinaron para los asuntos de Judea, fueron la Palentina y la Ulpiana, cito para esto un antiguo texto de la Historia Historia de la Iglesia, Jarvis, Pág. 371) Los cristianos de los primeros siglos, es decir los siglos I al IV podían consultar estos documentos, lamentablemente estos edificios y su valioso contenido fueron destruidos en el siglo V en sus principios, cuando los Godos arrasaron a Roma al mando de Alarico. Si bien es cierto que esos documentos se perdieron casi todos los autores cristianos de los primeros siglos, de alguna manera se referían a ellos, por ejemplo: Justino Mártir, Tertuliano y Agustín de Hipona. Justino Mártir en su Apología Pág. 174, dice que los datos del nacimiento de Jesús, constan en los archivos romanos, haciendo referencia al mencionado censo. San Agustín dijo: “ Ille natus est octavo calendas Januarias” Esto sí nos lleva lo más próximo al 25 de diciembre, pero insisto, no es la fecha, es el hecho; y lo innegable es que la humanidad tiene más de dos mil años fechando su historia en antes y después de Cristo.
Conclusión: Cristo ha nacido, pero lo más importante es que nazca verdaderamente en nosotros.
*Pastor general de la Iglesia Cristiana Interdenominacional, A.R. ser@icir.gob
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