Movimientos en posiciones de primer nivel, propuestas económicas que buscan crear presencia y desaparición de tres Secretarías de Estado. Esta podría ser la síntesis de las medidas adoptadas por el Presidente Felipe Calderón para hacerle frente a la dura crisis económica que atraviesa el país. Sin embargo, el punto crítico del problema no se encuentra en las decisiones asumidas. Y tampoco está en el decálogo presentado por el Ejecutivo Federal el pasado día 2 del presente. El problema, le guste o no al gobierno, radica en determinar las causas por las cuales el país llegó a este punto. Dicho de otra manera, ¿debido a qué, el gobierno no ha explicado las causas por las cuales el país se convirtió en una de las economías que más decrece en todo el mundo? Se puede por supuesto, alegar que la crisis llegó de fuera. De hecho es uno de los elementos que Felipe Calderón manejó en su discurso después de entregar al Congreso su Informe de Gobierno. Pero esto sin dejar de tener fundamento, no explica la terrible caída que sufre el país. Se puede, como se ha hecho, presentar el asunto de la influenza, pero tampoco es suficiente como para explicar el brutal golpe que hemos sufrido en estos tres años. Así, se puede cambiar a tres funcionarios para llevar a los cargos a otros tres que como los removidos, no tienen un perfil que permita suponer una mejoría real en el gobierno. Se puede desaparecer otras tres dependencias con la idea de “ahorrar” dinero y se puede presentar todo un “paquete económico” para que el Congreso inicie los debates del caso. La realidad dice que simple y llanamente las discusiones serán limitadas. Y lo serán por la simple y sencilla razón de que no se discutirá la incapacidad oficial que condujo a la República a la peor crisis de la etapa moderna. ¿No fue el gobierno el que anunció con bombo y platillo que “no habría una nueva crisis económica en México”? ¿No fue el gobierno el que anunció que estábamos como país, debidamente blindados y que no tendríamos problemas mayores? Las medidas del gobierno no serán efectivas si antes no se analizan las causas del desastre. De nada servirán los cambios de funcionarios si la crisis mantiene vivas sus raíces. De poco valdrán los ahorros que puedan lograrse si antes no se pone en claro cómo es que pudimos caer de tal manera. Y de poco servirá pedir a la sociedad un nuevo sacrificio si antes no se determina si en la larga cadena de errores e incapacidades no hay responsabilidades que aplicar. Discursos y “medidas drásticas” son sólo reacciones ante el problema. Pero ¿cómo se originó el problema realmente?… Por cierto, el anuncio de una “segunda generación” de reformas energéticas lo único que ha logrado es de nueva cuenta, polarizar a las fuerzas políticas. Es obvio que el gobierno y el PAN buscan una ruta para llevar a PEMEX al capital privado. Especialmente en los sectores fundamentales. Para lograrlo no han aplicado los cambios aprobados en el sector el año pasado. Y bastaría con recordar que a finales del 2008 se aprobó dotar a PEMEX con algo más de dos mil millones de pesos para iniciar su proceso de modernización. Ese dinero no se gastó en lo que el Congreso aprobó. Fue empleado para costear el congelamiento del precio de la gasolina determinado por Felipe Calderón antes de las elecciones y “hasta diciembre” con intenciones evidentemente electorales. Además, con esta medida lo que se logra es mantener viva la idea de que la paraestatal es ineficiente y la llegada del capital privado no sólo es necesaria, sino urgente… Vicente Fox dijo que su gobierno, se había reducido al mínimo a la pobreza, que se había arrinconado a los cárteles de la droga y se habían creado empleos como para no tener mayor conflicto en ese aspecto. Después, el problema es como siempre, la falta de explicaciones de parte del actual gobierno. Si Fox avanzó tanto, ¿cómo es que ahora tenemos que repetir el camino? Y si Fox mintió, ¿debido a qué Calderón aceptó todo sin explicar nada?
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