Seis de cada diez empresas no ven la transformación digital como un proceso que les traerá grandes beneficios, una situación que no solo implica oportunidades de negocio perdidas, sino la amenaza cierta de que el negocio no logre sobrevivir este cambio.
Según cifras presentadas por la compañía proveedora de software Bizagi, más de la mitad de las empresas considera que el cambio a la transformación digital toma mucho tiempo y el legado tecnológico con el que cuentan es complejo.
Al respecto, Juan Manuel Mogollón, vicepresidente de Bizagi Latinoamérica, señaló que las tres principales razones por las cuales las empresas fracasan en el camino a la transformación son: primero porque carecen de habilidades de liderazgo, segundo porque no tienen claridad del camino que deben tomar y tercero porque no sincronizan el cambio en las diferentes áreas de la empresa, sino que ejecutan cambios aislados y desconectados.
Explicó que el camino a la transformación digital de las organizaciones no solo implica hacer una transformación tecnológica (adquirir nuevos equipos, cambiar sistemas, actualizar software, etcétera), sino también tiene que ver con alinear todos esos cambios con la operación interna, en la parte administrativa y las diversas áreas de la empresa.
Comentó que “actualmente las empresas tienen la oportunidad de recopilar muchos datos y saber cuáles son las áreas de oportunidad de cada una de sus cadenas de valor, lo que les permite tener la capacidad para transformar radicalmente sus procesos y modelos comerciales. De esta manera, la transformación digital les permite ser más eficientes en su operación y contar con mayor agilidad para responder a los cambios del mercado”.
De acuerdo con el ejecutivo, la disrupción digital desplazará a las principales empresas establecidas por sector durante los próximos cinco años.
En ese sentido, IDC estima que para el 2019 al menos 7 de cada 10 cadenas de valor de fabricación, por ejemplo, utilizarán procesos, recursos, productos y servicios conectados digitalmente para mejorar su capacidad de respuesta y su productividad. La firma de consultoría estima que tan solo para 2018 habrá más de 22 mil millones de dispositivos conectados al Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés). De allí se puede deducir que las organizaciones que no se sumen a esta transformación tecnológica van a quedar en desventaja frente a sus competidores.
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