Rafael Cienfuegos Calderón
La del primero de julio fue la elección más incluyente de la historia y de la aún incipiente democracia porque registró la mayor participación ciudadana que se haya dado, fue la más vigilada, contó con más de un millón de funcionarios de casilla, se eligió como diputadas al mayor número de mujeres de que se tenga registro, a personas pertenecientes a las comunidades indígenas y, además, por la participación de discapacitados no solamente como decisores y votantes, sino también como autoridad en los lugares donde se instalaron las urnas.
Así lo resaltó el presidente consejero del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova al presidir el evento en el que los presidentes de los 300 Consejos Distritales iniciaron la entrega de expedientes correspondientes a las elecciones de diputados de mayoría relativa
Ante funcionarios de la Cámara de Diputados hizo hincapié en que la pasada elección fue una jornada histórica por su magnitud y complejidad logística, que implicó llevarla a cabo con éxito. Todos, absolutamente todos sin excepción, votantes y contendientes, organizaciones de la sociedad y autoridades, deben sentirse satisfechos de esa jornada electoral.
Constituye, el proceso electoral más incluyente que se haya visto en términos de género. La Sexagésima Cuarta Legislatura será la que contará con la presencia más grande de mujeres en la historia. Cálculos preliminares -falta la asignación de las diputaciones de representación proporcional- indican que habrá 47 por ciento de legisladoras electas por el principio de mayoría relativa, es decir, 141 de 300 curules, como producto de la voluntad de la ciudadanía emitida mayoritariamente en las urnas.
El presidente del INE informó que el 23 de septiembre sesionará el Consejo General para la asignación de las diputaciones y senadurías de representación proporcional, y se estima que esto elevará un poco más ese porcentaje de mujeres en el Congreso de la Unión.
Además, el Poder Legislativo tendrá por primera vez un grupo de 13 legisladores y legisladoras que se autodescriben como personas indígenas, y que mostraron algún tipo de vínculo comunitario.
Desde su perspectiva, la entrega de constancias e informes ratifica la convicción expresada en las urnas de la sociedad mexicana de renovar a sus poderes políticos por la vía pacífica, es decir, por la vía democrática.
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