La paciencia del Presidente Felipe Calderón explotó. Ante líderes de México, de empresarios de todos los sectores, ante destacados personajes de todos los gremios, el mandatario dijo: Si no les gustan los partidos políticos; formen un partido. Aludió a los políticos que todo se les critica y convocó si no les gusta, entonces, busquen ser candidatos, alcaldes, a diputados, a senadores, a gobernador, hasta para Presidente de la República. Les dijo, a los políticos les va del cocol, se les ve como actividad deleznable.
Se refirió a los sectores del gobierno, de educación, seguridad, de salud y otros. México los necesita, señaló a los connotados líderes. Hay que encarar las críticas de la prensa. Hay que dejar la comodidad. Fue un discurso serpentinero, entre exaltación y conminación. Es reflejo de la situación, entre la crisis de seguridad pública, se presenta la crisis monetaria, en la cual la paridad del peso ante el dólar se desplomó. La devaluación impactó los mercados y la producción se complicó por la inseguridad.
El sector de Hacienda cambió de dirigente, salió Ernesto Cordero. Salió diciendo que la economía mexicana esta blindada. Pero no se cree. Hay que reconocer que financieramente sería más mala la verdad, si es que es otra. Don Felipe está muy presionado.
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