Opinión

Atisbos

DESCONFIANZA.- El 6 de junio se vivirá en gran parte del territorio mexicano la elección de la desconfianza. La incredulidad de la ciudadanía ya no se limita únicamente a los partidos y sus políticos, a los gobernadores y munícipes, al Presidente de la República y funcionarios de su gabinete, a los senadores y diputados federales y locales involucrados en escándalos de enriquecimiento inexplicable, corrupción y tráfico de influencias. La duda alcanzó –a unos meses de los comicios-, a la autoridad electoral. Sí. El Instituto Nacional Electoral (INE) -que nació con el estigma de la parcialidad en el trato hacia los partidos políticos que le heredó el Instituto Federal Electoral (IFE)-, está en la mira de los millones de votantes por las acusaciones de parcialidad y la desconfianza que en los últimos días han expuesto los representantes de los partidos políticos. Afirman éstos que favorece al Partido Verde –aliado del PRI- y lo ponen en evidencia ante el electorado al argumentar que retardó las sanciones que por ley tiene que aplicarle por actos anticipados de campaña, porque no suspende la propaganda en cines ni retira los anuncios espectaculares. En la sesión del 18 de febrero los representantes del PAN, PRD, PT, MC, Morena, Partido Humanista y Encuentro Social se levantaron de la mesa porque se pospuso la discusión sobre los lineamientos de imparcialidad en el uso de recursos públicos en las elecciones, principalmente los dedicados a los programas sociales. Lorenzo Córdova, presidente del INE, dijo que el instituto no será rehén de ningún partido, pero su dicho se contrapone con la realidad, pues son los partidos los que dan vida al órgano electoral, son los partidos los que eligen en la Cámara de Diputados a los 11 consejeros, y son los partidos los que presionan para que las resoluciones se den en el sentido que más les favorezca. Y también son los desprestigiados partidos políticos los que han sumado a la lista de desconfianza ciudadana al INE, el cual no obstante los esfuerzos que haga para armonizar el diálogo con y entre los partidos, garantizar imparcialidad en su actuar, y dar certeza a la contienda del 6 de junio, ya carga con el escepticismo de los votantes. El Presidente Peña Nieto aceptó ante el Financial Times: «Hoy, sin duda, hay una sensación de incredulidad y desconfianza…se produce una pérdida de la confianza y esto se muestra con sospechas y dudas», y es seguro que sus palabras incidirán en el ánimo de los votantes. Su credibilidad está en entredicho y los diez partidos políticos y sus candidatos no tienen la confianza ciudadana; por tanto, si la de junio resulta ser la elección de la desconfianza, es de esperarse que serán castigados no con la abstención, sino anulando el voto. El hartazgo y rechazo a partidos y políticos corruptos y vividores se hará presente.

BLINDAJE.- Como en el ámbito político priva un clima de desconfianza igual que en el de gobernar, fue necesario que el Instituto Nacional Electoral y la Secretaría de Desarrollo Social firmaran un convenio para blindar los programas Prospera, Cruzada Nacional contra el Hambre y otros más, para evitar se utilicen con fines electorales. Para evitar «apetitos electorales» se adelantaron las transferencias monetarias de Prospera y 65 y más, se evitarán reuniones masivas con los beneficiarios 45 días antes de las elecciones y se suspenderá la propaganda gubernamental. Se capacitó a 38 mil servidores públicos para evitar delitos y desviaciones de recursos.

MALTRATO.- La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, “Resultados sobre niñas, niños y adolescentes” reportó que uno de cada cuatro infantes ha sufrido maltrato en sus hogares. Además de este dato, la diputada Verónica Beatriz Juárez Piña (PRD), presidenta de la Comisión de Derechos de la Niñez, expuso que según el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Estados Unidos, México y Portugal, presentan un índice hasta 15 veces superior al del resto de las naciones desarrolladas, en mortalidad de menores a causa de maltrato físico.

DESAFÍOS.- En el Instituto Politécnico Nacional es de los politécnicos y de México, y a todos tiene que interesar lo que ocurre y ocurrirá en el proceso de sumar esfuerzos, de establecer un diálogo abierto y franco, y de construcción de acuerdos para que el Congreso Nacional Politécnico se realice de la mejor forma. El director Enrique Fernández reconoció que hay muchos desafíos por remontar y se dijo convencido de que si se apuesta al diálogo, la comunidad politécnica encontrará la forma de resolver los problemas con apego a la legalidad y la racionalidad académica y administrativa.

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