¿El compromiso de Peña Nieto ante el PRI fue como presidente?
Rafael Cienfuegos Calderón
TRIUNFALISMO.- ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar y de qué medios y recursos será capaz de valerse Enrique Peña Nieto para hacer que el PRI gane las elecciones estatales de este año y la federal para presidente de la República en 2018? En su papel de primer priista del país y de titiritero que mueve los hilos en ese partido que recién cumplió 88 años, es comprensible el temerario augurio de que el PRI ganará todas las elecciones venideras. A ello, parece ser, obedeció que por primera vez se haya referido en un acto público y con desbordado optimismo al proceso electoral en puerta, y que haya hecho notar a sus correligionarios que aunque “jamás asumimos victorias anticipadas”, “en 2017 vamos por cuatro triunfos claros, contundentes e inobjetables. Vamos a ganar en Coahuila, en el Estado de México; vamos a ganar en Nayarit, vamos a ganar en Veracruz”. Su triunfalismo es entendible a partir de que como jefe máximo tiene que mostrar un alto grado de confianza en cuanto a los alcances y potencialidades del PRI, aunque en lo personal no llegue a estar tan confiado de las posibilidades reales de triunfo. Si bien como mencionó en la ceremonia de aniversario “solo nosotros hemos creado las grandes instituciones de México; impulsado las grandes transformaciones; el PRI ha sido el gran constructor de la infraestructura y la modernización económica”, ese partido es ante los electores sinónimo de corrupción, antidemocracia, fraude electoral y desprestigio. Ahora, en su investidura de presidente de la República, Peña Nieto tiene la obligación constitucional de cumplir y hacer cumplir las leyes, entre ellas la electoral, y lo que ello implica. Esto es, ser políticamente imparcial y vigilar que las dependencias federales y los gobernadores priístas se abstengan de utilizar recursos públicos y los programas sociales a favor de sus candidatos para no violentar las normas democráticas. Empero, su afirmación de que el PRI ganará clara, contundente e inobjetablemente, dio paso a la suspicacia, al grado de que Miguel Barbosa y Fernando Herrera, coordinadores del PRD y PAN en la Cámara de Senadores, advirtieran que el PRI solo ganará las elecciones de 2017 y 2018 si echa a andar una elección de Estado y se apoya en actos de corrupción. De otra forma, al PRI no le alcanza el desprestigio de la figura presidencial, la mala administración del gobierno y las corruptelas de los gobiernos emanados de sus filas para ganar.
ENCARECIMIENTO.- La Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM reportó que en la primera quincena del 2017 el costo de 15 productos de la canasta básica en las centrales de abasto de la Ciudad de México y Atizapán, Estado de México, fue de 418 y 401 pesos, respectivamente. Aunado a ello, el aumento de los combustibles acrecentó la injusticia social en el país. La investigación reporta que el gasto diario en la Ciudad de México para alimentación y transporte asciende, en promedio, a 445 pesos en una familia de tres a cuatro integrantes. Lo más grave es que aunque todos trabajaran, el salario vigente no alcanzaría a cubrirlo.
CONTAMINACIÓN.- En la Zona Metropolitana del Valle de México el consumo de aproximadamente 3 mil millones 461 litros de gasolinas provoca la expulsión de unas 31 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año, que dañan la salud y el medio ambiente. La diputada Margarita Martínez Fisher del PAN en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, se pronunció a favor de transitar a la generación de energías limpias para sustituir el uso de combustibles fósiles. Hay que diseñar una política de fomento a las energías limpias acompañada de inversión, articulación y fortalecimiento del transporte público.
MUJERES.- El número de mujeres solas que asumen el papel de jefas de familia con hijos menores de 15 años y un ingreso inferior a dos salarios mínimos, creció de 749 mil 744 en 2010 a 929 mil 120 en 2015, según la Encuesta Intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. A este fenómeno social se suma que por ausencia de madres trabajadoras, las abuelas se responsabilizan del cuidado de niños y jóvenes. A ellas, considera Nury Delia Ruiz Ovando, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género de la Asamblea Legislativa, hay que apoyarlas con programas que les ayuden a sobrellevar la maternidad y crianza.
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