ATISBOS

Riesgos y desafíos de la contienda electoral 2021

Rafael Cienfuegos Calderón

Con unos 94 millones 800 mil votantes inscritos en el Padrón Electoral se llevarán a cabo las elecciones del 6 de junio de 2021, cuyo proceso oficial inició ayer. Esa contienda, la más grande de la historia con más de 21 mil cargos en disputa entre diputados federales (500), gobernadores (15), diputados de 30 congresos locales (mil 63) y presidentes municipales de 30 estados (mil 926, incluidos 16 alcaldes de Ciudad de México), la participación de un millón 480 mil funcionarios de casilla y la instalación de 164 mil 550 casillas, no estará exenta de dificultades. De entrada la desconfianza de los actores políticos, incluido el Presidente, hacia el Instituto Nacional Electoral (INE), la oposición al fortalecimiento de la democracia, el riesgo de acelerar la degradación de la vía pública, y el desafío de enfrentar intolerancia a la crítica y a los discursos de odio que, a decir de Lorenzo Córdoba, consejero presidente del órgano electoral, están en un contexto de desigualdad, pobreza, polarización e inseguridad. En el Coloquio Democracia 2020 del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-España, Rolando Cordera Campos (Facultad de Economía) expuso que en estos años de democracia son evidentes tanto el pluralismo político como la separación del Congreso de la Unión y los partidos políticos con la sociedad, sus demandas y reclamos, y el déficit del Estado de derecho, entendido en la sujeción de autoridades y ciudadanos a la ley, a su aplicación y a las sanciones. Jacqueline Peschard (Facultad de Ciencias Políticas y Sociales) recalcó que hay malestar por las promesas no cumplidas de los políticos en cuanto a tener una sociedad más libre, más justa y equitativa, y porque en los gobernantes priva el interés por la concentración del poder personal, un afán por polarizar a la sociedad, desdibujar el pluralismo, desprestigiar a las instituciones independientes y el repudio a la mediación política. Y José Woldenberg, de la misma facultad, destacó que en la democracia mexicana hay un malestar con las instituciones, cuyos nutrientes son la corrupción, la violencia, la inseguridad, el no crecimiento económico, las profundas desigualdades y el déficit del Estado de derecho. En estas condiciones inició el proceso electoral 2020-2021.