La consulta de ocho mil millones de pesos
Rafael Cienfuegos Calderón
Imposible cambiar la percepción de que la política sometió a la justicia; de que al avalar la consulta la Suprema Corte de Justicia de la Nación cedió autonomía; y de que los ministros que votaron a favor son proclives al jefe del gobierno del cambio. De que ganó el Poder Ejecutivo y perdió el Poder Judicial, y de que las presiones políticas llevaron a la Corte a pasar por encima de la ley. Esta percepción obedece a que para especialistas en derecho constitucional la ley se acata, no se consulta. También a lo feliz, feliz, feliz que se mostró el Presidente porque seis ministros no negaron a la ciudadanía su derecho a participar y respondieron favorablemente no solo a su solicitud de consulta sino además a la excitativa que hizo antes de la sesión de la Corte: yo espero que se resuelva bien; que se haga valer a plenitud la democracia en el país. Con el aval habrá consulta en agosto de 2021 a un costo de ocho mil millones de pesos calculado por el Instituto Nacional Electoral, pero no se cumplirá la promesa del Presidente de llevar al banquillo de los acusados a Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, que es lo que “supuestamente” quiere el pueblo, ya que la nueva pregunta se refiere a actores políticos (todos) sin mencionar a nadie en particular, y al propósito de garantizar la justicia y los derechos de las probables víctimas, no a aplicar sanciones penales. Por lo anterior, es injustificable el alto costo de la consulta, aunque diga el Presidente que con ella se inaugurará la democracia participativa. Sin embargo, a los expresidentes, que estarán presentes a lo largo del proceso electoral de 2021 haciendo el caldo gordo a los candidatos del Presidente y a él mismo, porque sin contender estará ahí el día de la votación y les sacará aprovecho en las mañaneras para distraer la atención de los graves problemas de salud, económicos e inseguridad que no resuelve y podrían seguir hasta finales del sexenio, se les puede investigar y procesar sin la necesidad de preguntar y sin exponer a la Suprema Corte. Seguirá el circo, pero sin pan. El juicio sumario ya se hizo y el veredicto es que los gobernantes del neoliberalismo, como los llama el Presidente, son culpables. Aun así, éstos no tienen de qué preocuparse, a no ser que algo más se le ocurra al Presidente.
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