No cumplió con los dos millones de empleos; ahora ofrece 650 mil
Rafael Cienfuegos Calderón
El 2021 lo inició el gobierno del cambio con una promesa más que será difícil de cumplir no por falta interés, de ganas o de voluntad política, sino porque las condiciones de la economía no son favorables. Empero, no obstante, como para el promotor de la Cuarta Transformación ya hay signos de recuperación y supone que la economía podrá crecer 4.6% este 2021 a pesar de que de acuerdo a sus datos en los primeros nueve meses del año pasado el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 9.6%, ayer en la conferencia mañanera ofreció crear 650 mil nuevos empleos a partir del presente mes y a finales de marzo. Hay que recordar que el 5 de mayo, cuando de acuerdo a las cuentas oficiales en marzo y abril de 2020 se habían perdido ya 550 mil plazas de trabajo, el Presidente hizo el anuncio oficial de generar dos millones de empleos durante los siguientes nueve meses, lo cual no cumplió. El error fue no tomar en cuenta que el deterioro de la economía hacía imposible sustentar esa promesa toda vez que las actividades productivas estaban paralizadas, las inversiones canceladas y los despidos en las fuentes laborales en ascenso. El 1 de junio en la celebración de los dos años del triunfo electoral hubo la reiteración inexplicable de esa incumplible promesa. Luego, el 9 de julio el Banco de México dio cuenta de que en realidad se perdieron más de 12 millones de empleos, 3 millones 72 mil formales y 8 millones 46 mil informales, entre abril y mayo, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Ahora, olvidados ya los dos millones de empleos anunciados y prometidos el año pasado, el Presidente se aventura, una vez más, a partir del optimismo y las buenas intenciones, mas no de una base real de mejora económica, porque no la hay y la pandemia amenaza con un nuevo paro generalizado de actividades por el crecimiento de los contagios, a prometer 650 mil nuevas fuentes de trabajo en los próximos tres meses. Dice el dicho popular que prometer no empobrece, pero cuando se promete para ganar popularidad y simpatías electorales, como lo hacen los gobernantes y políticos a sabiendas de que no cumplirán, lo que queda al descubierto es la pobreza ética, ideológica y de principios que padecen.
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