Hostigados por el virus mortal, desesperados por no tener empleo e ingresos, confundidos por la desinformación de la vacunación, y desalentados por un presidente que tras rechazar el uso de cubrebocas y no guardar la sana distancia en giras y reuniones se contagió a pesar de su amuleto protector “El Detente”, ¿cuántos de los 94 millones 407 mil 240 mexicanos inscritos en el Padrón Electoral tendrán ánimo para votar el 6 de junio y elegir 500 diputados federales, 15 gobernadores, mil 923 presidentes municipales, 14 mil 596 regidores, 2 mil 060 síndicos, 204 concejales, 431 juntas municipales y presidencias comunitarias, 642 diputados locales de mayoría relativa y 421 de representación proporcional? ¿Percibirán las autoridades del Instituto Nacional Electoral -que instalará 163 mil 244 casillas- y los líderes de Morena, PRI, PAN, PRD, MC, PVEM, PT, PES y de los nuevos partidos Fuerza Social por México y Redes Sociales Progresistas -que tienen a su disposición 7 mil 226 millones 003 mil 636 pesos- el riesgo de que las elecciones más grandes de la historia política de México sean un fiasco por desinterés de la ciudadanía? Los partidos son incapaces de diseñar campañas atractivas con propuestas realistas y exentas de confrontaciones, los políticos están desacreditados, y los candidatos, la mayoría, no se identifican con los electores, tienen mala reputación y solo buscan el interés personal. Todo ello lleva a pensar que en las elecciones de 2021 habrá un alto abstencionismo. ¿Podría contrarrestarlo el líder del gobierno del cambio? Posiblemente sí, si convence a la clientela electoral ganada con el dinero de los programas sociales y a sus millones de seguidores para que se vuelquen a las urnas y voten por Morena y los partidos que se le cuelgan y ganar, más que otros cargos, la mayoría de diputados federales. De ello depende la continuidad de la transformación (¿?), del Tren Maya, del Aeropuerto de Santa Lucía y de la refinería de Tres Bocas, y, cambiar la Constitución para echar abajo la Reforma Energética del peñismo y desaparecer los órganos autónomos que le estorban. Apunta Jorge Zepeda Patterson (Milenio 21-01-2021) que el mayor recurso del presidente para retener el control de las cámaras reside en convencer a los votantes de la perfidia del PRI y el PAN a través de mañaneras cargadas de denuncias sobre corrupción y descripciones dantescas de los infiernos provocados por el sistema neoliberal, y el de la oposición, campañas para explotar los desaciertos y ampliar la repulsa contra el presidente al no tener respuesta a la inseguridad, la pobreza, la desigualdad social o la corrupción.
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