ATISBOS

Aspira la 4T a una nueva clase media

Rafael Cienfuegos Calderón

Posiblemente motivado por el ímpetu aspiracionista del promotor de la transformación, el senador Ricardo Monreal escribió el martes en Milenio: Hoy las clases medias representan 30%, el reto es duplicar esa franja, para crear la nueva clase media de la que habló el Presidente. Hablamos de mejorar las condiciones de vida de por lo menos 30 millones de mexicanas (os) en la próxima década, de sacar de la pobreza a millones, que mejoren sus condiciones de vida, de trabajo, pero que no dejen de voltear a ver a los desposeídos, marginados, necesitados, que no den la espalda al que sufre; esto a través del reparto de becas y subsidios. Sin duda una noble aspiración de justicia social, pero revertir la pobreza en 10 años se antoja imposible. Eh aquí por qué. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estimó en febrero que los mexicanos que están por debajo de la Línea de Pobreza por Ingreso a causa de la crisis del Covid 19 aumentaron en 8 millones 900 mil o 9 millones 800 mil, por lo que hay 70.9 millones en esas condiciones. Otros datos: el estudio EQUIDE-Ibero del Instituto de Investigación para el Desarrollo con Igualdad de la Ibero Santa Fe, que sigue los efectos de la pandemia en el bienestar de los hogar, expuestos por Rogelio Gómez Hermosillo, Consultor Internacional en Programas Sociales, (El Universal, 22-06-21), indican que la pérdida de ingreso que afecta a 70% de los hogares tiene efectos negativos de corto plazo como el incremento de la inseguridad alimentaria en 3 de 4 hogares, y el de la inseguridad severa, que equivale a pasar hambre con menor cantidad y calidad de alimentos, y que creció de 12% a 17% en los hogares entre mayo de 2020  y marzo de 2021. Pese a esta realidad y a que acepta que no hay receta para sacar a las personas de la pobreza y convertirlas en clases medias robustas y extensas, el senador Monreal ofrece el decálogo que siguieron naciones que lograron ese fin en 15 a 30 años. Tasas de crecimiento sostenido del PIB de 8-10% anual; preparación de capital humano calificado y competitivo combinando calidad, masificación, e innovación; políticas sociales a favor de personas en pobreza enfocadas a salud, alimentación, vivienda y educación; economía mixta de mercado e inversión en áreas estratégicas de crecimiento -energía, infraestructura, telecomunicaciones, carreteras, servicios financieros y públicos-; políticas selectivas de globalización y apertura comercial, para equilibrar el mercado interno con internacionalización y diversificación de exportaciones; proteger y reservar sectores estratégicos de la economía -telecomunicaciones, energía, producción de alimentos-; políticas fiscales redistributivas con tasas altas a los de mayores ingresos y subsidios directos y universales a los de menores, y reducción de la evasión; créditos accesibles y no especulativos al campo, vivienda, salud y educación; reducciones personales en gastos de salud y educación; pensiones y seguridad social universales.