Someter a universidades autónomas
Rafael Cienfuegos Calderón
Desde el inicio del gobierno del cambio, el presidente de la Cuarta Transformación intentó violentar la autonomía de las universidades e instituciones públicas de educación media y superior, y hasta ahora no ha cejado. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es hoy víctima de sus embates, como lo son los investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y lo ha sido el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE). El 12 de diciembre de 2018, a unos días de tomar posesión, el Presidente firmó la iniciativa de ley para derogar la reforma educativa del sexenio anterior y, supuestamente por “error”, se suprimió la palabra “autonomía” de la fracción VII del artículo tercero constitucional, Se hizo la corrección en la Cámara de Diputados, pero quedó la amenaza de intromisión gubernamental en las universidades. Después, en febrero de 2020, Miguel Ángel Jáuregui, diputado del movimiento-partido del presidente, presentó una iniciativa para reformar la Ley Orgánica de la UNAM y “democratizar” la elección del rector y directores de las facultades, escuelas e institutos con el voto libre y secreto de profesores, alumnos y trabajadores. Se desechó, tras un abierto rechazo. Y el mes pasado, el día 23, en medio del tercer intento del fiscal Alejandro Gertz Manero por ejercer acción penal contra más de 30 científicos a quienes acusa de peculado, operaciones con recursos de procedencia ilícita y delincuencia organizada, el senador de Morena, Armando Guadiana Tijerina, planteó que se investigue el manejo de los recursos otorgados a la UNAM y demás universidades autónomas. A lo anterior se suma la embestida de tres días del Presidente contra la máxima Casa de Estudios, la de mayor reconocimiento y prestigio dentro y fuera del país, y en la que se tituló con promedio de 7.8 tras 14 años. En su opinión la UNAM “necesita una sacudida”. “Perdió su esencia, se volvió defensora de proyectos neoliberales e individualista” por la “manipulación” de gobiernos anteriores (jueves 21); la máxima casa de estudios se ha “derechizado”. No solo la UNAM, todas las universidades fueron “sometidas” por el pensamiento neoliberal (viernes 22); estoy “absolutamente seguro”, en el periodo neoliberal se llenaron las facultades de ciencias sociales de conservadores” (lunes 25). Dice que con la Cuarta Transformación hay oportunidades de transformación mediante un “proceso” por el que se tiene que pasar para conseguirla, y como el trasfondo de los ataques parece ser apoderarse económica y políticamente de la UNAM controlando su presupuesto de 96 mil 500 millones de pesos para 2022 y limitando la pluralidad ideológica de que gozan los más de 460 mil académicos, investigadores, trabajadores y alumnos que integran su comunidad, el “proceso” a seguir es sacudirla para quitarle la autonomía.
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