Seguirá sin cambio la fallida estrategia de salud
Rafael Cienfuegos Calderón
El 28 de febrero y el 18 de marzo de 2022 se cumplirán en México dos años del primer caso de contagio del virus SARS-Cov-2 y del registro de la primera muerte, reconocidos oficialmente por la Secretaría de Salud. Mientras, al día de hoy, las estadísticas acumulan 3 millones 902 mil 015 enfermos y 295 mil 312 decesos; 17 estados están en semáforo epidemiológico naranja (alto riesgo), 14 en amarillo (riesgo medio) y 1 en verde (riesgo bajo); la variante Delta está vigente en todo el país y el pasado viernes se presentó un contagio de la nueva cepa ómicron. Ante ésta otra amenaza, Tedros Adhanom, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendó la adopción de medidas urgentes como el cierre de fronteras y la disminución de la movilidad, y el diseño de protocolos y seguimiento de casos sospechosos para romper las cadenas de transmisión. En cambio, Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, minimiza el riesgo. Considera innecesario realizar pruebas a quienes, procedentes de otros países, arriben a los aeropuertos mexicanos y limitar los vuelos; inclusive, prevé eliminar los cuestionarios de salud que se aplican a los viajeros antes de abordar un avión, dado que no han demostrado utilidad. Optimista, por el contrario, dice que si bien (ómicron) es más transmisible, no se ha confirmado que sea de mayor virulencia, lo que podría ser incluso algo “benéfico” para la sociedad, ya que las variantes con estas características pueden ayudar a acelerar la “inmunidad”, porque los casos leves se recuperarían más rápido y al mismo tiempo crean defensas contra el virus. Empero, si las cifras de enfermos y muertos, la fallida estrategia sanitaria, y la falta de seguridad para una movilidad mayor y la reapertura de las actividades económicas, no son suficientes para sensibilizar al gobierno transformador sobre la necesidad de modificar las acciones para contener al virus, la población debe autocuidarse y seguir con las medidas higiénicas de prevención e ignorar, por sentido común, las opiniones del Presidente, que son políticas, y la información de López-Gatell, por ser contraria científicamente a la que emiten organismos internacionales de salud. Porque, no se puede olvidar que desde diciembre de 2019 se ocultó a los mexicanos la amenaza del virus, que estando ya en el país se minimizó su grado de contagio y letalidad, que se desdeñó el uso de cubrebocas y sin base se estimó un máximo de 60 mil muertes, que se afirmó no era más grave que la influenza, que más de una vez se dio por domada la enfermedad, que enfermeras, médicos y personal de salud perdieron la vida por carecer de trajes y equipo de protección, que en los hospitales hubo falta de camas y carencia de respiradores, que se pone a México de ejemplo mundial en la atención de la pandemia aunque está en el cuarto lugar de los países con más muertos, y que en las conferencias mañaneras los temas que distraen son los preferidos por sobre los relevantes y preocupantes.
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