Reconciliación obligada
Rafael Cienfuegos Calderón
En la visión de Ricardo Monreal, aspirante presidencial incómodo dentro del movimiento-partido Morena y la Cuarta Transformación, el Presidente está “obligado” a iniciar en sus últimos dos años de ejercicio real de gobierno una “reconciliación” con los sectores político, de inversionistas nacionales y extranjeros, y de la clase media, la academia y la ciencia, con los que se mantiene a distancia y ha sostenido diferencias. El líder de los senadores morenos que hace unos días aseguró que “nunca” se confrontará con el Presidente, a quien se unió hace 25 años en la lucha política para transformar las instituciones, pero que tampoco se alejará de sus ideales por un mejor país, expuso lo anterior en El Universal (27-12-2021). En efecto, aunque la oposición política es débil, resulta necesaria al Presidente para establecer acuerdos legislativos puesto que está en curso la reforma eléctrica, con la que el gobierno del cambio busca el ideal político de recuperar la rectoría casi exclusiva del Estado en materia energética, y tiene previstas las iniciativas de ley para incorporar la seguridad pública civil, a cargo de la Guardia Nacional, al mando militar, y la relativa a la recomposición de la estructura del Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para crear un “modelo ciudadano neutral” antes de la elección del 2024, que requerirán del consenso de todos los partidos. Por otra parte, para que la economía crezca, aunque no sea al 4% anual como se calcula para los próximos tres años, pero que haya avance, y se generen empleos, es preciso incentivar la inversión privada y para ello el gobierno debe propiciar un buen ambiente de negocios, dar certeza jurídica y confianza. Y si al presidente transformador le interesa mantener la estabilidad y paz social sin riesgos, tiene que dejar de lado las estridencias, descalificaciones y acusaciones, la violencia verbal y la confrontación. Dice Monreal que la prioridad del Presidente en los primeros tres años fue articular la política social y organizar en el territorio a cuadros, dirigentes y simpatizantes para asegurar en 2024 la continuidad del proceso de transición política, acciones exitosas dados los triunfos electorales de 2021 y los que vaticina para Morena este año cuando probablemente gobernará 22 de los 32 estados del país, y cree que lo que seguramente cuidará de aquí en adelante será la unidad del movimiento que fundó, ya que sabe que allí radica el éxito de la continuación del proyecto político, en tanto que su mayor preocupación política será la conducción de la sucesión anticipada, orientando y transmitiendo su decisión y preferencia que, de no cuidarse, garantizando un proceso de selección transparente, ordenado y democrático, hará vulnerable lo que hasta ahora parece inquebrantable: el movimiento que después de más de cien años pudo iniciar la primera transición política del país para cumplir, finalmente, las promesas que otros dejaron a la deriva.
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