ATISBOS

No somos iguales a los anteriores gobiernos corruptos

Rafael Cienfuegos Calderón

Cuantas veces se ha escuchado en el transcurso de los tres años recientes la afirmación de “nosotros no somos iguales” a los anteriores gobiernos corruptos del neoliberalismo, somos honestos, no robamos, no hacemos mal uso del presupuesto, no  malgastamos ni derrochamos, ejercemos una política de austeridad disminuyendo salarios de altos servidores públicos y cancelando privilegios para tener con qué atender las necesidades del “pueblo”. ¡Una infinidad! Empero cuando queda al descubierto que ese decir no es acorde a la realidad, la idea de que todos los gobiernos son corruptos, unos más que otros, si se quiere, no tiene réplica. Desafortunadamente, a causa de las celebraciones previas a la Navidad y el Año Nuevo, pasó desapercibida para los ciudadanos la revelación en la Cámara de Diputados de que en el primer año de gobierno del presidente del cambio y la transformación se registraron desvíos y mala aplicación de más de 3 mil 300 millones de pesos. El 13 de diciembre se abrió la duda sobre la “honestidad” del gobierno y el buen uso de los recursos públicos, principalmente en los programas insignia del presidente: Pensión Universal para Adultos Mayores, Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, así como en los trabajos de los Siervos de la Nación, que documentó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) al revisar el ejercicio de la Cuenta Pública 2019. La información que se publicó de la sesión de la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados dio cuenta de que el grupo parlamentario de Morena “admitió” que en el primer año de gobierno se registraron diversas irregularidades por desvíos y mala aplicación de recursos públicos. Y en voz de Laura Pérez prometió que se dará seguimiento a los hallazgos de la ASF, que cuidará que se sancione a los responsables y que no haya impunidad. Esto, en respuesta a la demanda de los diputados de oposición de que se esclarezca el destino de los más de 3 mil millones de pesos. Palabras, palabras y más palabras: La austeridad republicana es un modo de vida democrático, si se adopta como una política de estado, tiene el potencial de asegurar que los recursos públicos se usen con el objeto real de lograr el máximo beneficio a la ciudadanía y atender los mandatos populares, dijo el día 13 Roberto Salcedo Aquino, secretario de la Función Pública, al presentar por parte del gobierno del cambio un plan de austeridad para que el Instituto Nacional Electoral (INE) ahorre 2 mil 972 millones de pesos y garantice la consulta de revocación de mandato.