Por miedo aprueban ciudadanos un “golpe de Estado”
Rafael Cienfuegos Calderón
El miedo de la población ante el imparable avance de la ola de asesinatos, tráfico de personas, extorsión, asaltos, secuestro, cobro de derecho de piso y toma de plazas públicas ha llegado al grado no solo de admitir la presencia de las fuerzas armadas en las calles del país sino a renunciar a parte a los derechos y libertades que consagra la constitución y hasta a considerar que haya un “golpe de Estado” si con ello se subsana la incapacidad del gobierno para restablecer la seguridad y el orden. De acuerdo a las encuestas más recientes 80% de la población quiere que el Ejército, la Marina y Guardia Nacional tomen el control de la seguridad pública, y eso es porque “lo que le interesa es que no los maten, no los roben, no los secuestren y los mexicanos debemos buscar la forma de garantizar la seguridad y la paz” (el Presidente 12-09-2022). El problema no es solo que las fuerzas armadas estén en las calles sino que por acatar la orden de abrazos, no balazos no combaten a las organizaciones del crimen organizado que generan la violencia, además de que su preparación táctica es de reacción no de contención, lo que implica un riesgo para los derechos humanos.
El estudio de opinión Militarización en tiempos de pandemia: Una exploración de las experiencias, percepciones y preferencias de la ciudadanía realizado en 2021 por Daniel Zizumbo-Colunga y Benjamín Martínez Velasco, catedráticos del Centro de Investigaciones y Docencia Económica (CIDE) en el que participaron siete mil ciudadanos de municipios donde más se ha expandido la presencia del ejército en los últimos 3 años revela que 57.6% aprueba que las fuerzas armadas tomen el control del gobierno si la inseguridad se sale de control. Pero además, que 53.8% está de acuerdo en que den un “golpe de Estado” para detener una reacción política ante los cambios que promueve el gobierno actual; 55% que tomen el control de Congreso de la Unión ante un eventual bloqueo político; 63.1% que asuman el control de la Suprema Corte de Justicia de la Nación si los jueces siguen dando amparos a criminales y corruptos; y 68.8% que juzgue a los políticos si siguen siendo corruptos. Estos resultados podrían parecer exagerados dado que el estudio revela que un alto porcentaje de los encuestados tiene poco o nulo conocimiento del expansionismo de las fuerzas armadas en el territorio y de lo que implica un gobierno militar surgido de un “golpe de Estado”, y también porque en México desde inicios del siglo pasado no se vive una dictadura militar. Empero si el gobierno del cambio ha empoderado al Ejército asignándole crecientes presupuestos millonarios y tareas exclusivas de civiles (construcción de obra pública, control y administración de aeropuertos y trenes, aduanas y puertos, distribución de vacunas, vigilancia a transportes de combustibles, combate al huachicol, frenar a migrantes, entre otras), que caigan en la tentación de asumir el control del gobierno no parece descabellado ni imposible si se les pretendiera quitar algún privilegio. Máxime cuando es un hecho que el Ejército recibirá el aval del Congreso de la Unión para mantenerse (por el momento) en las calles hasta 2028, como lo propuso el PRI para complacer al Presidente. Así es que la posibilidad de un cambio de régimen civil a militar está en el aire.
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