Opinión

ATISBOS

La realidad que ensombrece a Sheinbaum
Rafael Cienfuegos Calderón

Si Claudia Sheinbaum quisiera lavarse las manos por la violencia que priva en la Ciudad de México que gobierna, por las deficiencias e insuficiencias del transporte público, por la constante falta de agua potable en amplias zonas, por la basura que se acumula en calles y avenidas, por la falta de alumbrado público, por los baches, por el sinnúmero de vendedores ambulantes ¿a quién o a quienes podría culpar? A nadie. Absolutamente a nadie. La ciudad ha estado gobernada en los últimos 25 años por políticos de la llamada izquierda a la que ella pertenece, entre ellos su mentor, el presidente del cambio y padre de la transformación de México en el siglo XXI. Ella no tiene el pretexto de responsabilizar a sus antecesores por el mal estado en que dejaron la capital federal (sería como escupir para arriba), no porque no haya motivos, sino porque tendría que confrontarse con quien la apoyó para ocupar el cargo que ostenta y de quien depende que se sea candidata del movimiento-partido Morena a la presidencia de la República y, también, con Marcelo Ebrard, otra corcholata que como ella quiere ser ungido, pues ambos fueron gobernantes de 2000 a 2005 y de 2006 a 2012. Ante esa situación ella es responsable del estado en que se encuentra la ciudad, de los problemas de inseguridad, falta de servicios públicos y de todo lo que implica gobernar bien o mal, de las acciones emprendidas y sus resultados, de las decisiones acertadas o equivocadas y del descontento que pueda haber entre la población porque el que la respalde el Presidente no implica que por sus méritos la apoye la ciudadanía. El día 20 el general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional (Sedena)  informó en la mañanera ante el presidente aspiracionista y la propia jefa de Gobierno, que las alcaldías Iztapalapa, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza son las que tienen el mayor índice delictivo al concentrar el 53% de los delitos de homicidio doloso, robo de vehículos y narcomenudeo. La ciudad ocupa el primer lugar nacional en el delito de trata de personas con 10 casos en noviembre y segundo en robo a transporte, sexto en secuestro, 13 en robo de vehículos, 14 en extorsión, 18 en robo a casa-habitación y 22 en homicidio doloso. El secretario general dio a conocer que en la capital del país en efectivos operativos de seguridad pública se tiene una fuerza de 77 mil 724, y de fuerzas federales (Sedena, Marina y Guardia Nacional) 94 mil 724 efectivos. En estas condiciones se encuentra la Ciudad de México a poco más de cuatro años de que Sheinbaum se convirtió en alcaldesa y la duda es a qué le dedicará más tiempo, a tratar de gobernar o a tratar de ser candidata, porque como dice el refrán popular no se puede comer pinole y chiflar. Lo primero le exige tiempo completo, lo segundo viajar al interior del país para placearse, lo que venía haciendo cada fin de semana en calidad de corcholata hasta que ocurrió el accidente del Metro, que la agarro en Morelia, Michoacán, donde irónicamente daría una conferencia sobre los “éxitos” de su gobierno al frente de la capital mexicana. Ser honesta y muy trabajadora, como dice de ella el Presidente, no es suficiente para gobernar con eficacia. Para ello se requiere 90% de capacidad.


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