¿Qué va a hacer el Presidente contra Xóchitl?
Rafael Cienfuegos Calderón
Ahora que el frente de oposición tiene coordinadora y precandidata presidencial por decisión final de las dirigencias partidistas y no de la ciudadanía porque se canceló la elección que estaba prevista al parecer por razones más pragmáticas que antidemocráticas ante el riesgo de sabotaje, ¿qué va a hacer el presidente que expresó en su Quinto Informe de Gobierno: “democracia sí, oligarquía no”, como parte de la campaña de desprestigio que emprendió contra Xóchitl Gálvez hace tres meses?
¿Seguirá insistiendo en que es imposición de la mafia del poder y los conservadores? ¿Sembrará más dudas sobre su origen indígena y humilde? ¿Le hará más bullying? ¿Mantendrá sus actitudes machistas y misóginas? ¿La perseguirá penalmente por las denuncias que presentó Morena en su contra? ¿Insistirá en que representa lo más rancio de la política?
En su afán por allanarle el camino a su corcholata favorita, Claudia Sheinbaum, que será por dedazo encubierto la precandidata presidencial camuflada de coordinadora de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, el presidente del “pueblo” echa mano del poder que le da ser jefe del Poder Ejecutivo para denostar en la mañanera a una política sin militancia partidista, pero no políticamente independiente, a la que hizo visible y competitiva ante el electorado.
Sabe el presidente del cambio que Sheimbaum está hecha a su imagen y semejanza, que es su calca y su voz de resonancia, y que profesa lealtad ciega al proyecto político que quiere imponer a toda costa, lo que le hace creer que aunque no es carismática, por esas “cualidades”, quienes lo siguen y respaldan la identificarán como su legitima descendiente y la respaldarán con el voto.
Sin embargo, la ausencia de iniciativas propias, el no planteamiento de propuestas y su absoluta incondicionalidad a su expatrón, que aunque es sumamente popular carece de resultados positivos en la atención de problemas que aquejan a la población, que se agudizan cada vez más y que dejará de herencia, pueden ser obstáculos que limiten las posibilidades de la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México como ganadora de la elección por la presidencia.
Por otra parte, el presidente padre de la transformación se entromete en la vida interna del partido Movimiento Ciudadano (MC) candidateando y ensalzando a Samuel García (gobernador de Nuevo León) y Luis Donaldo Colosio Riojas (presidente municipal de Monterrey) como buenos posibles contendientes con dos propósitos:
Propiciar que compita con candidato propio en la contienda por la presidencia en 2024, lo que permitiría diluir los votos a favor de la oposición (aunque analistas políticos estiman que la mayoría de votos que pudiera obtener MC provendrían del partido oficial) y evitar que se sume al Frente Amplio por México (PAN, PRI, PRD) en apoyo a Xóchitl Gálvez, ya que en conjunto podrían igualar o hasta rebasar el porcentaje de votos de la alianza oficialista (Morena, PT, PVEM).
Y como ya se ha expuesto con anterioridad, el presidente y jefe de campaña hace el trabajo sucio, violando la ley, a favor de su corcholata porque sabe que por sí sola no tiene la presencia política y popularidad para lograr que los votantes ignoren o rechacen a la oposición y a su candidata en su favor.
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