Le falla la narrativa al Presidente sobre Acapulco
Rafael Cienfuegos Calderón
Al mandatario en turno le está fallando la narrativa de comunicación para exponer al “pueblo” la realidad –que a su decir desvirtúan los medios de comunicación y sus reporteros- de lo que acontece en Acapulco, Coyuca de Benítez y Tecpan de Galeana que fueron embestidos por el huracán Otis, lo que contrasta con la efectividad que tiene al defenderse de quienes considera sus enemigos y detractores, y al abordar temas políticos.
Las conferencias mañaneras, con hasta más de tres horas y 35 minutos de duración, la del día 30 de octubre, no están surtiendo efecto mediático.
El presidente del cambio ha carecido de capacidad para informar sobre el estado -“crítico”- en que se encuentra la población, la estrategia –si es que la hay- para prestarles auxilio -tarea encomendada a las fuerzas armadas, excluyendo al personal especializado de Protección Civil-, y si el gobierno federal se va a coordinar con las organizaciones de la sociedad civil que independientemente empezaron a llevar ayuda directa a los damnificados.
No hay conexión del mandatario en turno a través de sus dichos con la mayoría de ciudadanos que están ávidos de información precisa, concisa y maciza, exenta del tinte político con que a diario desde la mañanera enajena a sus hordas de escuchas y seguidores
¿Por qué? Porque la narrativa del discurso está dirigida a sacudirse las críticas por no haber dado la voz de alerta sobre el inminente peligro del huracán a pesar de las advertencias del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, el lunes 23, y del Servicio Meteorológico Nacional del gobierno mexicano, el martes 24.
Ante la falla de la comunicación oficial los medios de comunicación –prensa, radio y TV- y sus reporteros se dieron a la tarea de cubrir la “tragedia” con noticias, fotografías y videograbaciones que dieron cuenta de los hechos, lo que provocó enojo y desató la ira del “hombre mejor informado de México.
Según Luis Estrada, director de SPIN-Taller de Comunicación Política, del tiempo record de la conferencia del 30 de octubre, más de una tercera parte la dedicó a denostar a medios y comunicadores. E igual que en ocasiones pasadas recurrió a la agresión en defensa de su gestión ante la situación de crisis que se vive en Guerrero.
Antes, el día 28, a través de un video, el inventor de la cuarta transformación reclamó que se utilice la desgracia para hacer politiquería con fines electorales, “nuestros opositores que son muy viles, los conservadores zopilotean, no les importa el dolor de la gente, lo que quieren es dañarnos, lo que quieren es que hubiesen muchísimos muertos para culparnos y sacar raja, regresar al Gobierno para seguir robando, para seguir saqueando a México”. Calificó de “buitres” y “mentirosos” a sus adversarios políticos, a los medios de comunicación y al expresidente Vicente Fox.
Fuera de frases políticamente pegajosas e impactantes: “no quiero hacer de esto un espectáculo”, “logremos la hazaña” de poner de pie a Acapulco, los conservadores “perversos, hipócritas y corruptos” están detrás de las noticias falsas, “hubo suerte, no fueron tantos los muertos”, no habrá “límite” presupuestal para apoyar a la gente afectada, la narrativa del inquilino de Palacio Nacional carece de información que de tranquilidad y confianza.
Serán 67 mil millones de pesos los que el gobierno federal destinará para la recuperación y reactivación de Acapulco.
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