Retos y compromisos de la Presidenta
Rafael Cienfuegos Calderón
La realidad del país que recibirá y enfrentará Claudia Sheinbaun es abrumadora y atañe a todos los mexicanos y puede cambiar y mejorar si y solo si logra ver los problemas en toda su dimensión, si diseña políticas públicas específicas para resolverlos y si lleva a cabo acciones distintas a las de su mentor político y que fallaron.
Al país le urge un cambio que responda a la realidad y no a los intereses de la supuesta Cuarta Transformación.
La futura presidenta pregonó en campaña que el próximo gobierno será de continuidad pero con cambio y estilo propio, que se atenderá a todos por igual y que los problemas se resolverán.
Pero…eso está por verse.
La suspicacia obedece a que “pueblo” y ciudadanos desconocen hasta qué grado habrá cambio y hasta dónde irá la continuidad porque en los cien compromisos que hizo Sheinbaum se incluyen muchos que incumplió el aún mandatario.
Si va a dejar al Ejército en las tareas de seguridad pública en el país es continuidad; un cambio es que deseche los abrazos y combata la inseguridad y violencia criminal aplicando la fuerza del Estado a organizaciones del crimen organizado y delincuentes.
El diagnóstico de la herencia es claro: más de 186 mil asesinatos, un promedio diario de nueve feminicidios, más de 40 mil personas desaparecidas, 92 defensores de derechos humanos y 43 periodistas asesinados, y territorios controlados por la delincuencia.
La nueva Presidenta tiene que asumir la responsabilidad de los problemas que deja el gobierno saliente porque es impensable que culpe a su antecesor de dejarle un “cochinero” en seguridad pública como éste hizo con Calderón y Peña Nieto.
No podrá victimizarse como su padre político.
Un cambio como el que dice llevará a cabo, con sello propio, sería dejar de privilegiar al Ejército con millonarios y crecientes presupuestos para dar paso al fortalecimiento de las policías estatales y que asuman sus funciones pero capacitados, equipados y con estrategias específicas.
Aunque hay dos hechos que hacen pensar que ese supuesto cambio puede ser solo de discurso.
Tras el primer encuentro con el actual mandatario ya como Presidenta electa en Palacio Nacional declaró que la reforma al Poder Judicial va, siendo este uno de los encargos que le dejó e impuso como parte de la continuidad de la Cuarta Transformación, y que luego de un parlamento abierto con especialistas se aprobará en septiembre.
En la segunda gira que realizaron juntos a Oaxaca expuso que impulsaría la transferencia operativa, administrativa y presupuestal de la Guardia Nacional al Ejército (Secretaría de la Defensa Nacional) para pacificar el país, que es lo que quiere quien le entregará la Banda Presidencial.
Por ello hay escepticismo en cuanto a la independencia de la próxima presidenta. Empero si los electores le dieron un voto de confianza sería coherente que también le den el beneficio de la duda.
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