Rafael Cienfuegos Calderón
Está en proceso la elección de quien presidirá durante cinco años del gobierno de la continuidad con cambio la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y de 66 personas que se registraron el Senado de la República calificó que 34 cumplieron los requisitos y de ahí sacó la terna de la que surgirá la ombudsperson; sí, en femenino porque la integran mujeres.
Ellas son Rosario Piedra Ibarra –actual presidenta-, Paulina Hernández Diz y Nashieli Ramírez Hernández, quienes con 20 votos a favor y nueve en contra fueron aprobadas en la sesión de ayer por las comisiones unidas de Derechos Humanos y Justicia de la Cámara de Senadores. Y en votación a celebrarse la próxima semana se decidirá quién será la nueva presidenta de la CDNH.
El cargo que está en disputa es de gran relevancia para el fortalecimiento y-o debilitamiento de la vigencia de los derechos humanos.
Por ello más de 170 organizaciones no gubernamentales conminaron a los senadores a ser transparentes en la elección para que los intereses políticos no influyan en la decisión final.
Ese que tendría que ser el propósito de la elección, sin embargo, está en duda. Desde que se hizo pública la lista de los aspirantes y se conoció que Rosario Piedra Ibarra figuraba en ella para repetir, la presidenta Claudia Sheinbaum le dio un espaldarazo.
En la Conferencia del Pueblo (16-10-2024) expuso:
“De alguna manera es un símbolo” por ser hija de doña Rosario Ibarra de Piedra, quien se destacó en la lucha de las madres de desaparecidos por motivos políticos de aquella época.
“Tiene todo nuestro reconocimiento y respeto”, pero la decisión de quien va ser la presidenta o el presidente de la Comisión “le corresponde” al Senado de la República.
La suspicacia respecto a que la decisión será exclusiva de los senadores y de que no habrá influencia política obedece a que las dos cámaras están dominadas por mayoría de legisladores del oficialismo y un guiño de la jefa del Poder Legislativo constituye una orden que se tiene que cumplir; con el reconocimiento que hizo a Rosario Piedra va la línea.
Además, ese apoyo presidencial se confronta con las descalificaciones emitidas por los partidos de oposición y sus legisladores y organizaciones de la sociedad civil que cuestionan la adhesión de la actual presidenta de la CNDH al proyecto de la 4T y su sometimiento a los lineamientos del Presidente durante el sexenio anterior.
La acusan de ser producto de una elección fraudulenta porque aunque no alcanzó los votos para convertirse en Ombudsperson el partido oficial maniobró para darle el nombramiento, de haberse “acomodado” a la estrategia política del expresidente y de incumplir su obligación de defender los derechos humanos de la población, por lo que su gestión pasó de noche
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