A partir de su opinión de que gobernar no tiene mucha ciencia es fácil entender porque la animadversión y rechazo del inquilino de Palacio Nacional a la ciencia, a los investigadores que la llevan a cabo, a los académicos que a partir de sus aportes encuentran explicación lógica a problemas que limitan el desarrollo del país, y a las instituciones de educación superior que le abren espacios.
Los otros datos, esos que nunca muestra pero que menciona para hacer creer que son verdad al negar la realidad y rebatir información derivada de estudios y análisis basados en principios científicos, han servido al presidente inventor de la nueva transformación para sortear cuestionamientos incomodos como el decrecimiento acumulado de la economía en cuatro años o el limitado impacto de la dadivosa política social en el combate a la pobreza y las causas de la violencia.
La ciencia no le interesa al presidente transformador. Por eso desapareció por ley del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y creó del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (Conahcyt) que excluye a la comunidad científica y da entrada a miembros del Ejército y la Marina.
Por eso también otorga insuficiente presupuesto de la federación a universidades e instituciones de educación superior cuyos requerimientos para atender a la población estudiantil y de profesores, para mantenimiento de instalaciones y para impulsar el avance científico son crecientes.
E igualmente por ello privilegia la honestidad en 90% por sobre la capacidad que evalúa en 10% al designar funcionarios en cargos que demandan especialización de conocimientos para desempeñarlos adecuadamente.
Maite Azuela (El Universal, 4-05-2023) refiere que el presupuesto de egresos para el ejercicio fiscal 2023 es de 128 mil 746 millones 300 mil 018 pesos para 98 instituciones. Y llama la atención en que el Presidente exige cuentas a quienes hacen ciencia y reciben recursos públicos en el rubro del programa de ciencia, tecnología e innovación y que en el caso de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a la que da dos mil 326 millones 368 mil 025 pesos para investigación no hay supervisión a pesar de que se desconocen los resultados y el destino de ese dinero.
El Presidente del “pueblo” cree que el conocimiento y la capacidad se pueden suplir por la honradez, el buen juicio y el trabajo dedicado, de ahí el mediocre desempeño que hay en la burocracia transformada y su noción de que gobernar no tiene mucha ciencia.
E 25 de junio de 2019 lo dijo: Eso de que la política es el arte y la ciencia de gobernar no es tan apegado a la realidad; la política tiene más que ver con el sentido común. La política tiene que ver más con el juicio práctico, la política es transformar, es hacer historia, es un oficio noble que permite a la autoridad servir a sus semejantes.
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