El Nobel de la Paz para el presidente del cambio y la transformación
Rafael Cienfuegos Calderón
El “Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar” que el Presidente transformador propuso crear a los países que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante la primera sesión del Consejo de Seguridad que por este mes preside México como presidente, a pesar de que el tema a tratar no era ese, tuvo tal “impacto” que siete días después el canciller Marcelo Ebrard informó que 47 naciones firmaron su adhesión y 100 más están interesados. De ser cierto, eso es un triunfo en el ámbito internacional para un gobernante que rehúye las reuniones multilaterales y que solo ha hecho política exterior en tres ocasiones (con Trump, 2020), en la ONU y con Joe Biden (Estados Unidos) y Jean Trudeau (Canadá) en el mes que corre, en el marco del tratado comercial. Pero en el nacional el revuelo fue tal entre las huestes del partido oficialista que la empresaria y diputada Patricia Armendáriz propuso al Presidente como candidato al Premio Nobel de la Paz por ignorar que de acuerdo al testamento que Alfred Nobel hizo en 1895, ese galardón se confiere “a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz». Escribió en twiter que el plan de López Obrador es “de gran calado”, tiene gran viabilidad y existe una acogida entusiasta de diversas organizaciones. Para la directora de Cuadrante Estrategia y Comunicación, Vianey Esquinca (Excélsior 18-11-2021), la promoción del Presidente no debe quedar solo en la “maravillosa” idea de la legisladora de otorgarle el Nobel de la Paz, que lo merece por su trabajo a favor de que haya “abrazos, no balazos”, también podría proponerlo para el de Medicina, que compartiría con el laureado Hugo López-Gatell, por sus investigaciones en el no uso del cubrebocas para combatir la pandemia y por descubrir al “detente y al escudo protector de la honestidad” como remedios contra el virus. Junto con Manuel Bartlett podría ganar el Nobel de Química por ser el primer país en el mundo en encontrar la fórmula para detener el cambio climático usando combustibles fósiles. Por supuesto, también el Nobel de Economía por el modelo económico llamado Primero los Pobres y que ha sido tan exitoso que 6.3 millones de mexicanos dejaron de ser clasemedieros para pasar a la clase baja. Pero, si por algún motivo el jurado de los premios Nobel resulta neoliberal y se niega a ver las fundamentales contribuciones del presidente López Obrador al mundo, incluso al universo, y le niegan cualquiera de los galardones, la diputada Armendáriz y sus correligionarios morenistas siempre podrán proponerlo para el premio Pulitzer, el Príncipe de Asturias, la Diosa de Plata o el TV y Novelas, de perdida.
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