Rafael Cienfuegos Calderón
DISIMULO.- Con el debido respeto señor Presidente. ¿Acaso no es una fechoría que en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se gasten más de15 millones de pesos en alimentos gourmet para funcionarios y la directora María Elena Álvarez-Buylla, a quien dijo invitará a la conferencia mañanera para que revele “las fechorías” que se realizaban en la dependencia? Usted dijo el 18 de junio: “Si hablamos de la burocracia que existía enquistada en el Conacyt, con todo respeto y no generalizo, se daban la gran vida, no investigadores necesariamente, sino político y burócratas encargados del fomento a la ciencia…” ¿Acaso no sucede lo mismo al nombrar en cargos directivos a personas que carecen de conocimientos para desempeñarlos, como ocurrió con Edith Arrieta Meza, quién ostentando un título de modista fue contratada como subdirectora en laSecretaría Ejecutiva de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados? Usted descartó los cuestionamientos de que su gobierno no trabaja por la ciencia y la tecnología y asegura que es una campaña de sus detractores por las acciones emprendidas en el Conacyt, de las que se dijo satisfecho. Pero el presupuesto asignado al consejo para 2019, de 24 mil 664.7 millones de pesos es menor en 10.38% al del año pasado, lo que implica dejar de trabajar proyectos de investigación en ciencia, tecnología e innovación. Hay alrededor de 27 mil profesionistas de alto nivel en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y en la última convocatoria de ciencia básica se aprobaron 800 proyectos a pesar de que fueron miles los que se registraron, y suponiendo que en cada uno trabajen cuatro o cinco investigadores, serán entre 3 mil 200 y 4 mil los que tendrán financiamiento, apuntó María Brenda Valderrama Blanco, doctora titular de la Academia de Ciencias de Morelos. Datos oficiales indican que en 2015 el Conacyt recibió el presupuesto más alto entre 2007 y 2019, 41 mil 909.1 millones de pesos; seguido de 2016, con 39 mil 308.2 y de 2014, con 38 mil 909.4 millones. El de 2019 es casi equiparable a los 24 mil 331.3 millones de 2011. El más bajo fue de 15 mil 735.8 millones de pesos en 2007. Además, la inversión en México para ciencia, tecnología e innovación es menor a 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB), contra 4.21% de Israel o el 2.04% de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
DESCONOCIMIENTO.- Los casi 500 mil inscritos en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro son becarios, no trabajadores asalariados. Eso no lo tiene claro el presidente López Obrador. Al rechazar que el empleo se haya desplomado 88%, aunque el director del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo informó que en mayo se crearon 3 mil 983 formales, replicó que ese número es el que reportaron las empresas y no incluye a los jóvenes que por capacitarse para el trabajo reciben una beca de 3 mil 600 pesos y atención en el IMSS.
PLANEANDO.- La venta del avión presidencial no dará ni un peso al programa de atención a migrantes, porque hay una gran deuda por pagar. La ONU lo valuó en 150 millones de dólares (2 mil 850 millones de pesos), informó el Presidente; su precio en 2012 fue de 6 mil 094 millones 689,887. De acuerdo al Informe Avance de Programas y Proyectos de Inversión 2018 de la Secretaría de Hacienda, a partir de 2013 el costo del financiamiento por 15 años va en aumento y a diciembre la deuda ascendería a 7 mil 560 millones 72,713 pesos (El Economista).
FOROS.- Por si no basta con la Cartilla Moral para alcanzar el bienestar material, del alma y el espíritu, y fortalecer valores como el amor a la familia, a la patria, a la naturaleza, y al prójimo, la Secretaría de Gobernación inició los foros para elaborar la Constitución Moral. No será un documento jurídico que restrinja libertades, ni establezca sanciones, ni que prohíba; estará basado en valores éticos, laicos, democráticos, y republicanos, y la ciudadanía informada, participativa y activa será la responsable de su ejercicio y observancia: Olga Sánchez Cordero.
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