Rafael Cienfuegos Calderón
Con la contundente respuesta “no puedes perder lo que no construiste” para que ellos (los deportistas) llegarán (a los Juegos Olímpicos de París) con más facilidad, María José Alcalá, presidenta del Comité Olímpico Mexicano (COM) acalló el reclamo de Ana Gabriela Guevara, directora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) a los deportistas mexicanos que a su decir “han dejado escapar medallas”.
Alcalá –exatleta olímpica- le espetó: “si prefieres apoyar a alguien señalado de corrupción en lugar de a los atletas, qué más puedo decir”.
¿Quién puede negar que a Ana Gabriela Guevara –atleta campeona mundial en 400 metros planos (2003) y medallista olímpica de plata en Atenas (2004)- le quedó grande la dirección de la Conade?
¿Quién no se siente defraudado ante el hecho de que su experiencia como deportista la desaprovechó al no impulsar a los nuevos talentos de alto rendimiento, por las acusaciones de corrupción, desvío millonario de recursos públicos y opacidad en las asignaciones durante su gestión?
¿Quién…?
Ni más ni menos que su jefe y próximo expresidente de México.
Para él es “buena servidora pública” y no hay que descalificar su trabajo al frente del organismo, ya que “ha hecho bien las cosas” (mañanera 29-09-2023).
Sobre las denuncias en su contra por corrupción y desvió de recursos afirmó: “yo no tengo pruebas de que ella haya cometido algún acto de corrupción”.
De lo que si debe tener pruebas, por contundentes y evidentes, es del abandono que padecen los deportistas que, a pesar de los pesares, en la presente olimpiadas están dando muestras de arrojo al ganar medallas y de patriotismo al representar con dignidad a México.
Aun así, Guevara expresó (02-08-2024) que las medallas obtenidas “es poco” para lo que se tenía presupuestado. “Ya tenemos menos cuatro”.
Ana Gabriela Guevara, otrora orgullo olímpico y mujer inspiración de niñas y adolescentes, ha dejado una estela de decepción y frustración al frente de la Conade. A medida que transcurren los Juegos Olímpicos es imposible ignorar el camino cuesta arriba que han tenido que recorrer nuestros atletas. Lejos de contar con el respaldo institucional que merecen, muchos se han visto obligados a recurrir a campañas de crowdfunding (financiación online colectiva), venta de artículos personales y búsqueda desesperada de patrocinios privados para su preparación y viaje. Esta realidad es testimonio vergonzoso de cómo el Estado ha fallado en su deber fundamental de fomentar y apoyar el deporte de alto rendimiento (Yuriria Sierra, Excélsior, 31-07-2024).
“Por mí, que vendan calzones” (Guevara, 02-06-2023) ante la denuncia de ausencia gubernamental del equipo de natación que para autofinanciarse recurre a la venta de trajes de baño.
Representando al gobierno de la Cuarta Transformación, Ana Gabriela ganó medallas de oro en las carreras de la ineficiencia y la corrupción.
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