Rafael Cienfuegos Calderón
Si la participación ciudadana en el proceso de revocación de mandato es baja, de 10% de los 94 millones que conforman el Padrón Electoral, por ejemplo, no le va a gustar al Presidente y su malestar es posible que lo manifieste despotricando contra el Instituto Nacional Electoral (INE) aunque el resultado sea que 90% o más votó por el sí, que siga en el cargo, acusándolo de antidemocrático, de obstruir el proceso al no instalar las casillas suficientes, no difundir ampliamente la consulta, y no promover la participación. También es posible que por la poca votación la reforma electoral que anunció enviará el lunes 11 a la Cámara de Diputados, se centre en la remoción de los once consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), incluido su presidente, Lorenzo Córdova, para suplirlos por quienes sean afines al proyecto de la Cuarta Transformación, no constituyan un contrapeso y no dificulten la permanencia de Morena en el poder a partir de 2024. El presidente del cambio seguramente se percató del desinterés que hay por participar en un proceso de revocación que está en marcha no porque la ciudadanía lo haya solicitado al INE sino porque a él le interesa políticamente ser ratificado en el cargo al cuarto año del sexenio, y por eso instó a sus funcionarios, su partido, sus gobernadores, diputados y senadores a promover la consulta aunque violen la ley. El 29 de marzo anunció que prepara una reforma electoral “para garantizar la democracia en México” e hizo hincapié en que llegó a la Presidencia después de luchar y padecer fraudes electorales (en alusión al 2006, cuando alegó un fraude que ni él ni su partido, el PRD, pudieron demostrar). A su decir será una reforma que va a garantizar que ya no haya jueces con actitudes tendenciosas en lo electoral y que no haya consejeros ni magistrados que no tengan vocación democrática. Por eso las nuevas autoridades del INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) van a ser elegidas en votación abierta por el “pueblo” de entre los candidatos que propondrán los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, 20 ciudadanos de inobjetable honestidad cada uno. Empero pase lo que pase el domingo con la revocación en la que se están gastando millones de pesos del presupuesto federal para promoverla ilegalmente, nada va a cambiar en el país, solo el INE. El Presidente seguirá ejerciendo el poder absoluto hasta el 2024, persistirá el desabasto de medicamentos, la inseguridad, violencia y asesinatos, el nulo crecimiento de la economía, la pobreza, la construcción del Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, y las conferencias mañaneras, porque el que vote la mayoría a favor de que se quede no significa que haya un reconocimiento a su trabajo y al gobierno que encabeza. Lo único nuevo será el desmantelamiento del INE y el Tribunal Electoral para darles la conformación que quiere y conviene al inquilino de Palacio Nacional.
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