Opinión

ATISBOS: pronta respuesta de sociedad civil y autoridades

POR: Rafael Cienfuegos Calderón
 
RESPUESTA.- Ante los fenómenos de la naturaleza la mano del hombre nada puede hacer. Esa es la realidad. Lamentable es el número de víctimas mortales y de damnificados a causa del sismo que cimbró la tierra en la Ciudad de México, Puebla, Estados de México y Morelos, y cuantiosos los daños materiales. Sin embargo y no obstante la indefensión de las personas ante un fenómeno natural como un terremoto, la sociedad civil –que fue la primera en responder ante la emergencia- las autoridades federales y de la Ciudad de México, los elementos del Ejército y la Marina, las policías federal preventiva y de seguridad pública, de protección civil, bomberos, Cruz Roja, de los servicios de salud públicos y privados, y los rescatistas, paramédicos voluntarios y las personas que los movilizaron en motocicletas, mostraron la conjunción de esfuerzos unidad que se da ante una tragedia y demostraron capacidad y fortaleza para afrontar los efectos del temblor.
Después de 32 años, en esta ocasión la ayuda de la población fue igualmente inmediata, se dio por miles y aún continúa en las zonas de la ciudad más afectadas con la esperanza de encontrar sobrevivientes o rescatar los cuerpos de quienes perdieron la vida; y, comparativamente, no hubo inacción gubernamental. A todos hay que reconocer su esfuerzo. Son lamentables las consecuencias de cualquier tragedia ocasionada por los fenómenos de la naturaleza, y ante ellas, las autoridades deben plantearse la necesidad de hacer de la protección civil un ejercicio cotidiano para que la población se eduque en ese sentido.
Las medidas de protección hay que incluirlas en los planes de la educación básica para que desde edad temprana se sepa lo que hay que hacer en caso de incendio, de fuga de gas, como resguardarse en una inundación, en un temblor y en un terremoto. Si ante los fenómenos de la naturaleza la mano del hombre nada puede hacer, hay que educar y capacitar a la población para que los simulacros no únicamente se realicen en oficinas gubernamentales, sino también en todo centro de trabajo e inclusive en las casas para que los miembros de las familias estén preparados. Por el momento hay que esperar a que concluyan las tareas de rescate para que inicien las acciones de limpieza y posteriormente el trabajo de la reconstrucción, para lo que hay que mantener la calma, la unidad y fortaleza que caracterizan a los mexicanos.
ATENCIÓN.- La emergencia de la Ciudad de México no debe ser causa para dejar de lado la asistencia que necesitan de la federación y el apoyo de la población,  los damnificados de Chiapas y Oaxaca por del terremoto del pasado día 7, y la que esperan quienes fueron afectados por los huracanes. Con ellos también hay que ser solidarios.

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