El flojo crecimiento de los principales mercados emergentes afectará fuertemente el crecimiento mundial en 2016, pero la actividad económica tendrá un repunte moderado hasta alcanzar el 2,9 % (frente al 2,4 % registrado en 2015), a medida que las economías avanzadas cobren fuerza, según el informe Perspectivas económicas mundiales 2016, publicado en enero por el Banco Mundial.
La debilidad observada simultáneamente en la mayoría de los principales mercados emergentes dificulta la posibilidad de alcanzar los objetivos de reducción de la pobreza y prosperidad compartida, ya que dichos países contribuyeron enormemente al crecimiento mundial en los últimos años. Los efectos secundarios derivados de los principales mercados emergentes limitarán el crecimiento de los países en desarrollo y pondrán en peligro los logros obtenidos en los esfuerzos en reducir la pobreza, advierten los autores del informe.
“Más del 40 % de la población pobre del mundo vive en países en desarrollo donde el crecimiento se desaceleró en 2015”, señaló Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial. «Los países en desarrollo deben concentrarse en fomentar su capacidad de recuperación ante una situación económica más endeble y en proteger a los más vulnerables. Los beneficios de las reformas de las condiciones comerciales y de gobierno pueden ser cuantiosos y podrían ayudar a compensar los efectos de la lentitud del crecimiento en las economías más grandes».
El crecimiento económico mundial en 2015 fue inferior al previsto, debido a que la disminución del precio de los productos básicos, la debilidad de los flujos comerciales y de capital, y los episodios de inestabilidad financiera socavaron la actividad económica. La firmeza del crecimiento dependerá de la continuidad del ímpetu de los países de ingreso alto, la estabilización del precio de los productos básicos y la transición gradual de China hacia un modelo de crecimiento que se base más en el consumo y los servicios.
Según los pronósticos, las economías en desarrollo crecerán un 4,8 % en 2016, menos de lo que se había previsto anteriormente, pero más del 4,3 % registrado en año que acaba de terminar. Las proyecciones indican que el crecimiento se desacelerará aún más en China, mientras que Rusia y Brasil seguirán en recesión en 2016. La región de Asia meridional, encabezada por la India, presenta un panorama esperanzador. El Acuerdo de Asociación Transpacífico, negociado recientemente, podría dar un fuerte y bienvenido impulso al comercio.
“Hay una mayor divergencia de desempeño entre las economías emergentes. En comparación con lo que ocurría hace seis meses, se han incrementado los riesgos, en particular los vinculados a la posibilidad de una desaceleración desordenada en una economía emergente de importancia”, dijo Kaushik Basu, vicepresidente y economista en jefe del Grupo Banco Mundial. “Una combinación de políticas fiscales y medidas adoptadas por los bancos centrales puede ayudar a mitigar esos riesgos y respaldar el crecimiento”.
Si bien es poco probable que se produzca, una desaceleración más rápida que la prevista en las grandes economías emergentes podría tener repercusiones mundiales. Entre los riesgos también cabe mencionar una posible tensión financiera durante el ciclo restrictivo iniciado por la Reserva Federal estadounidense y las crecientes tensiones geopolíticas.
“Un crecimiento más sólido de los mercados avanzados compensará solo parcialmente los riesgos de que continúe la debilidad de los principales mercados emergentes“, dijo Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas de Desarrollo Económico del Banco Mundial. “Por otra parte, se mantiene el riesgo de turbulencias financieras en una nueva era de aumento de los costos del endeudamiento”.
Este organismo indicó que en América Latina y el Caribe: Conforme a las proyecciones, en 2016 la región tendrá una recuperación moderada tras la recesión: la actividad económica permanecerá sin cambios después de contraerse un 0,9 % en el año recién terminado, mientras lucha contra la persistente disminución del precio de los productos básicos y los problemas internos que aquejan a las economías más grandes de la región.
Sin embargo, hay diferencias entre las subregiones, y el mayor crecimiento de los países en desarrollo de América Central y del Norte y el Caribe compensará la debilidad de América del Sur. Se prevé que la recesión del Brasil continuará en 2016, pero se espera que el país vuelva a crecer en 2017. Si bien algo debilitado por los bajos precios del petróleo y las presiones fiscales conexas, se prevé que en México el crecimiento repuntará gracias a los beneficios de las reformas estructurales y el fortalecimiento de la demanda del mercado estadounidense.
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