Opinión

Brotan las traiciones

Como se esperaba, el proceso electoral de Guerrero para renovar el gobierno estatal, se convirtió en un laboratorio para medir fuerzas con miras a las elecciones de mediados de año en el Estado de México. Y como se esperaba, la victoria tiene muchos padres y ninguno la derrota. Así, en el triunfo, Marcelo Ebrard, de la mano de Manuel Camacho, festejan la victoria del también ex priísta Angel Aguirre, como si no hubieran hecho otra cosa que engañar a la opinión pública. Basta con ver las fotografías del festejo de los vencedores, para recordar que todos, salvo Jesús Ortega, no son más que una partida de traidores al PRI que celebran una venganza, no un avance democrático. Ebrard siente ya tener en las manos la Presidencia de la República.

El PAN, aliado silencioso e hipócrita en todo esto, supone que su proyecto de hundir a los priístas, avanza sin problema. Y Camacho busca no sólo acabar con la imagen de haber sido uno de los factores clave en la creación de crispación política que condujo al asesinato de Luis Donaldo Colosio, sino el convertirse en el “gran ideólogo” de la estrategia que llevará al PRI a la desaparición. Festejos por ganar votos con priístas como candidatos, con priístas como operadores y todos como traidores. Festejos no por un proyecto de avance para Guerrero, sino por impedir que unas siglas alcancen en triunfo. Pero ¿cómo se vence al PRI si los priístas son los vencedores?

Y al mismo tiempo, ¿en realidad el gobierno de Felipe Calderón prefiere que la corrupción ideológica de una alianza como la del perredismo y el panismo tenga el poder, antes que aceptar que el PRI pueda competir para ganar? ¿Esa es su visión de la democracia? ¿Esa es la mejor oferta que pueden presentarle al país los rivales del priísmo?  Si ello es así, el panorama no puede resultar más desolador para el país?… Por su parte, el listado de derrotados en el PRI es enorme. Beatriz Paredes que pedía que se le juzgara en base a los resultados de su gestión al frente del PRI tiene en realidad muy poco que alegar. Perdió Oaxaca, Puebla y Sinaloa, todas en manos del PRI hasta las elecciones del año pasado. Y ahora pierde Guerrero, una entidad que se pensaba, podía regresar al seno del partido tricolor.

Pierde Manlio Fabio Beltrones, quien se empeñó en dar vida a la candidatura de Manuel Añorve, a pesar de que todo mundo sabía de la soberbia e incapacidad política del hoy candidato derrotado. Beltrones deja en el camino la imagen de vencedor que le había acompañado a lo largo de los últimos años. Y Pierde Enrique Peña, quien jamás pudo poner en sintonía a las ambiciones del traidor Angel Aguirre, quien figuraba como el senador priístas más inclinado a la figura del gobernador del Estado de México. Peña fue incapaz de hacer valer su presencia política. Y hoy tiene que aceptar que su imagen sea la de un derrotado, ante la de un Marcelo Ebrard que busca apoderarse de la victoria en Guerrero para amarrar la candidatura presidencial de la “izquierda” mexicana… Otro que, diga lo que diga, también pierde, es Andrés Manuel López Obrador. Su figura no es necesaria para lograr una victoria de las fuerzas perredistas. Y si bien es cierto que Ebrard no es el factor decisivo en el triunfo, sí lo es el hecho de que AMLO no podrá participar de manera alguna, en este triunfo… En Guerrero se vivieron muchas cosas.
Pero tal vez una de la más importantes sea el que, guste o no, todos vimos la forma en que se conducirá el proceso electoral parta el 2012. Y sin lugar a dudas, todos tenemos ya muy claro, el hecho de que los recursos del estado serán utilizados, sin rubor alguno y por supuesto, sin límite, para dar al panismo fuerza y presencia y para, al mismo tiempo, tratar de destruir al PRI. No hay ya forma de creer que la democracia se respetará. El poder se peleará con todos los medios y no habrá regla alguna que se respete. Guerrero avisa cual será el nivel de las elecciones en el Estado de México y en Coahuila, entidades vitales para todos los partidos. Y por supuesto, lo único seguro serán los golpes bajos, sin escrúpulos, que se utilizarán en los procesos electorales. Y con ello, se verá a final de cuentas, lo que en realidad significa el “cambio” que se ofreció a los mexicanos a partir del año 2000…

Acerca de Norberto de Aquino

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